Peter Jackson detrás del nuevo documental de los Beatles: ¿revelación o timo? Para entender la estructura de ‘Get Back’, el documental subido estos días a Disney+, hay que recordar que estamos hablando del director que llevó a la gran pantalla la eterna ‘El señor de los anillos’, arrastró una historia tan sencilla como la de ‘King Kong‘ hasta los 188 minutos, y llevó ‘El Hobbit‘ hasta los 474 minutos, 532 minutos en su versión extendida. La concisión no es lo suyo, así que bastante que ha reducido a unas 8 horas de metraje las 60 registradas de vídeo y 150 horas de audio recogidas en su momento por Michael Lindsay-Hogg para la película de ‘Let It Be’.
En los tiempos del bedroom pop, en que han tenido que llegar Måneskin para recordar la existencia de bandas de rock -o algo parecido-, en que hay que hacer memoria para recordar cuándo fue la última que un artista novel relevante versionó o mencionó siquiera una canción de los Beatles, uno esperaba de un documental tan hypeado como este otra cosa. Algo que volviera a ponerles en el mapa, algo que generara una Beatlemanía como la de los tiempos de ‘Anthology’, algo que les hiciera tener tantos oyentes mensuales como Elton John o Queen tras el éxito de sus mediocres biopics. Y no, Peter Jackson no nos ha dado ese documental.
Seré un freak de las listas pero ver a la mejor banda de todos los tiempos fuera del top 100 global de artistas de Spotify hace daño a los ojos. El estreno de ‘Get Back’ ha devuelto tímidamente ‘Let It Be’ y en menor medida ‘Abbey Road’ a los charts británicos, pero es difícil que su influjo llegue mucho más allá de lo que lo ha hecho estos días. Es un documental ideado para los fans que continúen vivos, músicos (a Primal Scream les ha encantado) y melómanos amantes del detalle. No algo que puedas recomendar a alguien a quien no le interesara antes su música. En este artículo repasamos los pros y los contras de ‘Get Back’, que nos da la excusa para que ‘Abbey Road’ sea nuestro «Disco de la Semana», para reseñar también ‘Let It Be’, que tanto protagonismo tiene en la cinta, y para grabar un podcast sobre el grupo si los antígenos, las agendas y los tempos nos lo permiten.
Pros de ‘Get Back’, el documental de los Beatles
1.-‘Get Back’ como retrato de una separación en ciernes
SPOILER: ‘Let It Be’ será el álbum final de los Beatles a principios de 1970. La acción se sitúa en unos estudios de grabación durante 1969. El grupo había abandonado los directos y lo que nos encontramos aquí es una banda cuyos miembros han perdido contacto e intimidad. Paul McCartney y John Lennon ya nunca escriben juntos, y el propio Paul cuenta que desde que no actúan en directo, ya no son tan cercanos. George Harrison llega a desertar durante el metraje, Ringo Starr parece un figurante en muchas ocasiones. Los Beatles se respetan y no hay una voz por encima de la otra ni siquiera cuando están siendo grabados sin saberlo, pero es evidente que algo no marcha bien cuando McCartney es el único que tira realmente del carro para hacer algo. Paul sale muy bien parado de la película (por algo la ha aprobado), llegando a bromear sobre la omnipresencia de Yoko Ono o sobre el añadido hipotético de un 5º Beatle. «Nos separaremos no porque alguien lanzó un hacha a alguien, sino porque Yoko Ono se sentó en un ampli», dice sobre lo primero. «Ya nos va mal siendo 4», bromea sobre lo segundo.
2.-Los Beatles, de cerca
‘Get Back’ muestra a los cuatro miembros de los Beatles escribiendo, bebiendo o fumando (una vez sorteado el complicado control parental de Disney, claro). El nivel de cercanía es tal que a menudo te parece estar dentro de un garaje con cuatro amigos que componen entre copa y copa de vino. Observamos cómo John Lennon clava un cigarro en la cuerda de una guitarra, la cámara se aproxima tanto a Paul que puedes adivinar cuántos milímetros miden exactamente sus pestañas. El documental es largo, y por momentos soporífero, pero cuando termina, deja cierto síndrome de Estocolmo: tanto te ha acercado en su día a día a los Beatles, la banda más importante de todos los tiempos, que después los echas de menos.
3.-La restauración
El metraje que se ha encontrado se ha restaurado con los procedimientos técnicos de un docu anterior de Peter Jackson, ‘They Shall Not Grow Old’, por lo que presenta una fotografía y una estética brillantes: verdes y rojos en vestuario y maquillaje, por ejemplo, aparecen relucientes como un Parchís recién comprado. No se podía pedir menos a un documental procedente de los últimos años 60 sobre algunos de los mayores iconos del pop . En última instancia, el retrato de Londres, con seguidores casuales de los Beatles y algún hater, tampoco tiene precio ni en un sentido estético ni como retrato social.
4.-El valor de las canciones
No parece el cometido principal de Peter Jackson subrayar el valor de unas canciones que, en modo prueba, se interrumpen y se repiten hasta generar cierta frustración incluso. Sin embargo, el documental muestra cómo Paul creó ‘Let It Be’ ante la cierta indiferencia de sus compañeros -John Lennon le hace burla-, cómo se gestó un número 1 algo olvidado como es ‘Get Back’, y también maravillas como ‘Across the Universe’ y ‘The Long and Winding Road’.
Contras de ‘Get Back’, el documental de los Beatles
1.-El cuestionable valor documental
Parece mentira, pero ni a través de todo este metraje queda explicado en qué derivan las sesiones a que asistimos, de manera que si hay una catástrofe nuclear y sólo queda sobre la faz este documento de los Beatles, no es que nadie vaya a preguntarse qué fue ‘Abbey Road’, por qué salió antes de ‘Let It Be’ con algunas canciones que ya suenan aquí y otras no o por qué no hay la menor mención a ‘Here Comes the Sun’ (George Harrison la escribió algo después del rodaje). Un rótulo explicativo no habría venido mal al final. Tampoco entendemos qué función cumplía exactamente George Martin en los Beatles: aquí parece un ejecutivo elegantísimo, más que un productor. Billy Preston tiene mucho más protagonismo, si bien es una alegría verlo tocar, ciertamente.
2.-La cuestionable estructura
Peter Jackson ha dividido el metraje seleccionado en 3 partes, cuando podía haberlo hecho en 8 de 45-60 minutos cada una. Los hitos de esta estructura que parece algo random son el abandono de George Harrison y el montaje de un concierto en una azotea. Tiene su sentido, pero eso deja el segundo capítulo cerca de las 3 horas, y no estoy muy seguro de que un capítulo de algo pueda o deba rondar los 160 minutos: es una manera de expulsar del proyecto a todo el público casual de Disney+.
3.-La imagen de Yoko Ono
«La culpa de todo la tiene Yoko Ono» fue hasta una canción de Def Con Dos. En tiempos en que tanto se habla de misoginia, ‘Get Back’ fomenta la idea de que Yoko Ono era un fantasma pasivo-agresivo, silente como persona -que no como performer- pero más presente que un grano en el culo. Desconocemos si en las 52 horas no seleccionadas de metraje aparece otra cosa o en qué medida se han seleccionado imágenes de otras esposas y familiares, pero en cierta escena los Beatles critican que en una reunión determinante Yoko Ono haya hablado por John Lennon, y el espectador no llega a ver ni oír nada parecido a eso en absoluto.