Música

Cosmen / Cosmen

La luz de Cosmen Adelaida, una de las bandas más queridas en el underground madrileño durante la década pasada, no se termina de apagar. Gana adeptos con su segundo disco el proyecto de su ex batería, Caliza, cercano a los territorios más oscuros de Austrohúngaro; mientras el que era su cantante principal, Javier Egea, publica su debut en solitario en el mismo sello de la banda, El Genio Equivocado. Egea no se ha currado mucho el nombre de su nuevo proyecto, si bien se apunta el tanto de que todo aquel que conociera al grupo primigenio va a saber inmediatamente de qué estamos hablando: ellos mismos ya llamaban «Cosmen» cariñosamente a «Cosmen Adelaida».

Tampoco han cambiado demasiado los ingredientes, pues al fin y al cabo Egea era uno de los compositores principales de «Cosmen». Lo que aquí encontramos, pues, es un conjunto de canciones de pop-rock cubiertas de sintetizadores new-wave y ritmos ligeramente kraut, desde el personal prisma de su autor, que nos habla del amor y de la vida, solo que con su punto de abstracción habitual. Sus canciones de amor no son tan expresas como las de Adele, ni tampoco como las de Rusos Blancos.

Lo mejor que se podía decir de Cosmen Adelaida es que cuando daban con la tecla adecuada, daban con pequeños hits que hubieran merecido una atención mucho mayor (‘Viernes‘, ‘Hermanos Wright‘, ‘Becerro de oro’, ‘El Futuro

‘) y esa inspiración permanece en esta tanda de nuevas composiciones. Entre las más evidentes está ‘La canción perfecta’, en la que Egea habla con tino sobre la creación con un punto meta, pero también universal: ese poder que tienen las canciones de incluso hacernos sentir cosas que no han ocurrido («recordando cosas que nunca han pasado»). Por algo este tema abre la cara B de la edición vinilo.

En la cara A encontramos otros de los muchos adelantos que conocimos del álbum, como ‘Fontana’; y la más oscura ‘Teatro’, entre New Order y Depeche Mode, aunque es Estrella Fugaz quien acompaña. La mejor entre todas ellas es la simpática colaboración con La Estrella de David ‘¿Dónde estás, Carmen Sandiego?’, en la que David Rodríguez hace coros y pía. Tiene casi tanto encanto como volver a escuchar la dulce voz de Marina Gómez-Carruthers, invitada en una de esas composiciones que juegan con las formas y la realidad, como gustaba tanto a Klaus&Kinski como a Cosmen Adelaida. Tanto se criticaba la voz de Marina y no, no es la primera vez que su voz de invitada es de lo mejor que sucede en el proyecto en el que aparece.

El álbum tiene la particularidad de terminar con un tema un tanto industrial, que narra una historia entre dos chicas (‘Noche americana’ es uno de los tres cortes con coros de Caliza), como antes ha tenido la rareza de hablarnos de fenómenos paranormales (‘El baúl del monje’) y redes sociales (‘Superlike’). Mejor cuantas más mundanas son sus historias, ‘Cosmen’ se redondea con una interesante portada realizada por Edu Ruinas que fue presentada dos días antes del primer confinamiento en España, pero que ahora solo puede representar «un nuevo modelo de mascarilla, el que hace falta para protegernos de las heridas que ha dejado la pandemia». Es el retrato también de la sensibilidad del artista.

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Publicado por
Sebas E. Alonso
Tags: cosmen