Cine

‘La Abuela’: cuando el terror es tener canas y arrugas

¿A qué edad se empieza a escuchar por todas partes y a todas horas eso de «ya tengo una edad»? ¿A los 25, a los 30 años, implicando que escucharás esta frase probablemente durante 50 o 60 años, dos terceras partes de tu vida? La nueva película de Paco Plaza, conocido sobre todo por su trabajo junto a Balagueró en ‘[REC]’ y después en ‘Verónica’, parte del miedo que en la sociedad actual tenemos a una arruga o literalmente a una cana. De hecho, aquí el primer «susto» de lo que se supone una película de terror, es el hallazgo de una cana.

¿Es ‘La abuela’ una película de terror puro y duro? ¿La entenderá así el público? En un momento muy difícil para la taquilla, hacia la que parece que solo se movilizará para ver una de superhéroes o una infantil, la cinta de Paco Plaza con guión de Carlos Vermut ha vivido grandes problemas de ubicación: su estreno se postergó de octubre -cuando se vio en San Sebastián y Sitges– al 5 de enero, y finalmente llegará a las grandes pantallas este fin de semana. La cinta funciona en su creación de un entorno tenebroso y mágico a partes iguales -a lo último contribuye el siempre fantástico Carlos Vermut-, si bien es cierto que lo más interesante de su guión es lo poliédrico que es.

‘La abuela’ se ha inspirado en ‘El Exorcista’ porque a Paco Plaza lo que más le interesaba del clásico de 1973 no era la posesión de Reagan, sino cómo la cinta de William Friedkin hacía una relación subconsciente entre una madre que se siente culpable por no atender a su hija, y la deriva demoníaca de la misma. Así, el verdadero terror que muestra esta película es el terror a hacernos viejos, con su consiguiente empeño en maquillar arrugas y teñir canas, y de manera incluso más interesante, cuánto terror nos produce tener que renunciar a nuestros sueños para dedicar nuestra vida a cuidar de alguien mayor o con alzhéimer (una tía del director lo padece) en una sociedad totalmente enfocada al trabajo, a la competitividad y a la juventud eterna.

Vermut y Plaza forman una improbable pareja guionista/director -porque ambos son más de dirigir- que funciona muy bien en tanto que comulgan su humor y visión de las cosas, funcionando también de manera impecable un elenco encabezado por la revelación Almudena Amor -víctima también de la dictadura de la juventud, algo absurdo a los 24 años- y Vera Valdez.

Esta última, en su momento musa de Coco Chanel y aun hoy a los 85 años, continúa robando cada plano después de haber prometido durante la pandemia que se «mantendría viva» para poder rodar. Cada vez que aparece en plano sentencia (su desnudo se han sostenido más segundos de lo esperable como reflexión sobre lo que incomoda en su naturalidad), siendo una parte fundamental de una película muy simbólica que consiente varias lecturas y encierra varias sorpresas. Dice su director que «la capacidad evocadora y metafórica del terror no la tiene ningún género» y algo ha de tener de cierto cuando el impacto de la película se mantiene incluso 4 meses después de sus primeras proyecciones en España.

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Publicado por
Sebas E. Alonso