‘PUTA‘ fue el disco del año 2021 para nuestra redacción, y desde luego ha sido un antes y un después en la carrera de Zahara. También lo fue, en otros sentidos, ‘La Pareja Tóxica’, su segundo álbum, del que recientemente se ha cumplido su 10º aniversario, sacando la ubetense una edición especial para la que ha vuelto a grabar casi todas sus canciones (‘Pregúntale al polvo’ entra, ‘Adiós’ sale), pero acercándolas a su estilo actual.
También en 2021 se cumplían 20 años del estreno de ‘A dos metros bajo tierra (Six Feet Under)’, la serie favorita de Zahara, así que fuimos a ella con una curiosa propuesta, que la autora aceptó encantada: una entrevista doble en la que repasaríamos el impacto que han tenido en su carrera, y en su vida en sí, tanto ‘La Pareja Tóxica’ como ‘A dos metros bajo tierra’. Y aunque lo primero puede ser más evidente y lo segundo más marciano, resulta que hay bastante relación entre ella y la serie y, ojo, entre ‘PUTA’ y la serie. En esta primera parte, nos centramos en el aniversario de ‘A dos metros bajo tierra’, y pronto podréis leer la segunda. Un consejo: si no habéis visto la serie completa, NO leáis la última pregunta/respuesta; parad cuando mencionamos a Lana.
Vamos a pensar que yo no sé nada de ‘A dos metros bajo tierra’, sino alguien a quien le da curiosidad y te pregunta qué tal está. ¿Me la recomendarías, cómo me la recomendarías…?
Tendría que conocerte bien para recomendártela: aunque sea mi serie favorita, no se la recomendaría a todo el mundo. Fíjate que se ha evolucionado mucho en ficción, y especialmente en ficción televisiva, pero a pesar de todo creo que ‘A dos metros bajo tierra’ marca un antes y un después, y aporta una serie de cosas que no habían pasado en el mundo de la televisión, y que creo que aún no se ha superado, ya no en la televisión, sino en la ficción en general. Pero es una serie que requiere de tu atención, no es una serie que te vaya a enganchar de primeras. Es un viaje a las profundidades de esos personajes y a las tuyas propias, que requiere de casi el mismo ejercicio que el que harías si fueras al psicólogo, entonces es como “¿le recomendarías ir al psicólogo a todo el mundo?”… pues sí, pero sé que depende del momento, y desde luego no todo el mundo tiene que ir al psicólogo porque yo se lo recomiende (ríe). Así que se la recomendaría a personas que conociera muy bien, y que conociera también su momento personal, porque pienso que es una serie que hay que ver, pero que tienes que escoger bien tu momento para verla. Porque te puede ayudar, te puede destrozar, o incluso te puede resultar completamente indiferente; tengo amigos que me han dicho: “no entiendo por qué te gusta tanto”. Y claro, yo les he dicho: “pues bueno, no hablemos nunca más en la vida”.
¿Sabes si los que te han expresado esa indiferencia la han visto entera? Suena a talifán, pero es que cuando yo la he recomendado, o bien la han dejado a la mitad porque les aburría, o la han visto entera. Y de este segundo grupo, no había ni uno que no me dijese cosas tipo “uf, gracias por recomendarme esto, qué maravilla”.
Pues eso puede ser. Porque sí que recuerdo que me contasen de desistir a la mitad, incluso yo misma, ¿eh? La primera temporada tardé mucho en verla, porque era la típica serie que me ponía para dormir porque me daba igual: “vaya chapa”, “no paran de hablar”, “me caen mal todos”, “qué aburrimiento”. Corte a: segunda temporada, me la veo en una semana, y el resto de temporadas me las vi en dos días prácticamente.
Justo te iba a preguntar sobre eso, de qué forma viste la serie y en qué circunstancias personales.
Pues creo que con descarga ilegal…
Yo también, yo también. Luego me acabé comprando el pack y todo, pero empecé a verla así.
Claro claro, yo luego he contribuido también, es que es una de las cosas que yo decía a favor de la descarga ilegal, que yo me descargaba muchas cosas, pero si luego la serie, o la peli, o la música me gustaba, me lo compraba. Yo me lo justificaba bien (ríe) Y nada, recuerdo que fue en la época de ‘La Fabulosa Historia de…’, previo a ‘La Pareja Tóxica’ precisamente. Recuerdo que cuando vi el 5×09 empecé a llorar, y así seguí los cuatro capítulos finales, y cuando llegué al final fue un no parar de llorar durante horas, llamé a Ricky Falkner, que fue quien me la recomendó, y no me lo cogía, y yo como “¡no me dejes sola ahora!”. No había tenido una sensación tan desoladora y tan de abandono como cuando acabé esta serie… lo recuerdo y se me está poniendo el vello de punta ahora mismo. Solo recuerdo algo similar con ‘Donde viven los monstruos’ y, de hecho, ni esa película ni esta serie las he vuelto a ver porque es que no puedo, y a la vez son probablemente mi película y serie favoritas (ríe)
Hay muchas cosas en ‘PUTA’ que me llegan bastante, y que me llegan de una forma similar a la que Brenda Chenowith me llegaba. Igual es una pollada mía y simplemente ambas han conectado conmigo del mismo modo por casualidad, pero…
No, es que no es ninguna pollada… es que Brenda era yo. Cuando vi esa serie lo que me flipó fue ver a un personaje que era yo, por primera vez en una serie o en una peli veía a alguien que era yo. Yo siempre me he sentido como Brenda. Hay un par de momentos clave que me rompen el corazón. Uno de ellos es cuando ella le está haciendo un masaje a un cliente y acaba haciéndole una paja, y luego comenta que eso no tiene nada que ver con su relación, “es que esto es mío”. Y yo recuerdo un momento de mi vida en que tenía relaciones sexuales que no tenía muy claro por qué tenía, y bueno, por entonces yo tenía pareja… fue quizás la peor época de mi vida, cuando más vacía me sentía, y supongo que lo que intentaba era llenar ese vacío, como le pasa a tantas mujeres y tantos hombres, con sexo con desconocidos, con gente con la que no vas a tener ningún tipo de relación. Y realmente era algo que solo tenía que ver conmigo, ni siquiera tenía que ver con la otra persona con la que estaba teniendo sexo. Yo sabía que ese contacto físico no venía derivado por algo de mi relación con mi pareja, y no sabía cómo explicarlo. Sabía que era algo retorcido y sabía que había algo roto en mi cabeza, algo equivocado. Pero a la vez era como si tuviese sentido. Entonces cuando la gente decía que no soportaba a Brenda, que cómo podía hacer eso… se me rompía el corazón pero no por verlo, sino por pensar “hostia, nunca nadie me va a entender, esto nunca se lo puedo decir a nadie, van a pensar que soy una puta, que no tengo respeto por ninguna persona… y lo que no saben es que tengo un problema que no sé cómo gestionar, pero que es un problema mío, que no tiene que ver con las relaciones que vaya a tener en mi vida”.
“Cuando la gente decía que no soportaba a Brenda, pensaba “hostia, nunca nadie me va a entender, esto nunca se lo puedo decir a nadie, van a pensar que soy una puta”
Recuerdo que cuando todo explota y Nate le dice todas esas cosas durísimas y se pira, yo sentía que me lo estaban diciendo a mí. Que me estaban abandonando a mí. Y me rompía como Brenda se rompía. ¿Y sabes qué? Más adelante, en aquel momento en que Ruth le dice algo a Brenda y como que la perdona y la libera de esa carga… yo ahí lloré como no he llorado en mi vida con una ficción. Después de todo lo que le habían dicho, “nunca nadie te va a comprender”, “nunca nadie te va a querer”… ver eso fue un halo de esperanza, fue como pensar: “a lo mejor alguien me entiende alguna vez” (pausa) Cuando en ‘MERICHANE’ digo “dejándole las bragas usadas en el armario, jodiéndole la vida a un extraño” solo estoy hablando de lo que hacía Brenda. Es lo mismo. ¿Por qué haces eso? Pues porque intento replicar lo que me ha sucedido de la única manera que sé. Si el primer contacto que tienes con el sexo es muy negativo, si tus primeras relaciones son no consentidas, tu relación con el sexo en el futuro va a ser muy complicada. Se rompe algo natural en el descubrimiento de algo que es maravilloso… y que se convierte en algo terrorífico. ¡Yo me he pasado toda mi vida intentando entender qué tengo que hacer en el sexo! Cuál es tu lugar, cuál es tu placer, cuál es el del otro, dónde estás haciendo algo que realmente quieres hacer… porque te educan constantemente en complacer, y se te emborronan las barreras. Pasa mucho tiempo hasta que empiezas a relacionarte con tu cuerpo de una manera saludable. Y no de salir a correr, o bueno, de salir a correrse (ríe) Ay, perdón, es por aliviar la tensión… si partes del temor al sexo, si crees que masturbarte es un pecado, que comentábamos en otra entrevista tú y yo, si tu relación contigo mismo, que es lo más natural y lo más bonito, ofende a Dios… ¡¿cómo vas a saber qué es lo que quieres y qué es lo que te gusta, si intentar darte placer a ti mismo te supone un conflicto mental?! ¿En qué deriva todo eso? Pues en ‘Puta’.
Pues sí que tenía que ver Brenda.
(ríe) Ver ‘A dos metros bajo tierra’ y ver a Brenda era como estar viendo mi carta astral. Me pareció muy valiente haber creado ese personaje que podía ser tan incomprendido pero que era yo, y que eras tú, por lo que nos hemos contado, o que eran otras personas. Personas que nos íbamos a sentir muy arropadas al verlo. Mi temor era que la serie no se quedara en deuda con ese personaje, ¿sabes? Era como “habéis creado algo único, muy especial y necesario, alguien tiene que pedirle perdón o que comprenderla”, por eso yo rompo a llorar en ese momento con Ruth. Porque por primera vez me sentí abrazada, cuando siempre me había sentido maltratada al reflejarme en Brenda… te lo estoy contando y se me están poniendo los ojos vidriosos (ríe), pero es que es verdad. Brenda es un personaje muy sutil, es el personaje que podría pasar desapercibido en cualquier lugar, pero aquí brilla por lo complejo, lo contradictorio, lo que sufre, calla, por lo que hace por los demás y no se sabe…
«Cuando en ‘MERICHANE’ digo “dejándole las bragas usadas en el armario, jodiéndole la vida a un extraño” solo estoy hablando de lo que hacía Brenda»
Durante toda la serie, Brenda vive en un dilema mental constante sobre si es una mala persona, o si puede cambiar. Y casi que cuando más convencida está de que es mala, de que no tiene arreglo, etc, es cuando más cerca está de cruzar ciertos límites o cuando, de hecho, los cruza. Me pregunto si esa sensación es como lo que me comentabas en otra entrevista de la “mancha” dentro de ti, que mencionas en ‘canción de muerte y salvación’ (NdR: “pensaba que esa mancha me iba a poseer en cualquier momento e iba a destrozar todo lo que tenía, igual que en otros momentos lo había hecho, y se había autoboicoteado, y se había buscado un plan para luego destrozarlo… ¿por qué ahora iba a ser diferente?”)
Claro. Es algo que vive contigo y que quizás deberías aceptar desde la bondad, aunque suene naif: “vale, tengo una mancha, he cometido errores, y aun así me respeto”. En lugar de tener esa visión, es como “como ya estoy jodida, ¿qué más da?”. Cuando estamos así de mal, hacemos siempre una interpretación negativa, ¡que además justifica lo que hacemos! Para sentirnos de alguna manera reconfortados -aunque no nos demos cuenta- cuando volvemos a hacer el mal. Mira, te cojo otra vez el ejemplo de dejarle las bragas a un extraño, eso era como una minivictoria para mí, ser malvada e intentar tener el control en una situación en la que claramente había perdido; yo al hacer eso me sentía súper mal… pero a la vez sentía que estaba destinado a hacerlo, ¿sabes? Como que había perdido toda voluntad y que esta mancha era la que me dominaba, que yo no podía interponerme entre ella y lo que hacía. Cuando tenía relaciones compulsivamente, también era ella. Y sí, era verdad que “era ella”, que tenía una mancha y un sufrimiento con el que no sabía cómo lidiar, pero algo en mí justificaba lo que hacía precisamente por esto. Era un círculo vicioso de autodestrucción y de destrucción de los demás que no tiene límite salvo que te des cuenta y sepas parar, o pedir ayuda. En ese sentido, ver lo de Brenda fue súper importante también. La ficción nos inspira y nos ayuda a entender qué es lo que nos pasa, sobre todo si no hemos tenido contacto con una psicóloga.
«La ficción nos inspira y nos ayuda a entender qué es lo que nos pasa, sobre todo si no hemos tenido contacto con una psicóloga»
Cuando la vi por primera vez, odiaba a Lisa por estar en medio de Brenda y Nate, pero, cuando la volví a ver hace poco, me di cuenta de que si había ahí un villano era Nate, ni Brenda ni Lisa. No sé si a ti también te paso, si además dices que te identificabas con Brenda.
Claro… dentro de nosotros está siempre el defender al hombre (ríe) Supongo que es una cosa del heteropatriarcado, siempre ver la lucha entre mujeres, lo arpías que somos, etc. Mi pregunta es si cuando se escribió la serie, el creador era consciente de todo esto, de que estaban haciendo un análisis de la sociedad tan brutal.
Uno de los episodios más bestias es ‘That’s my Dog’, y me gusta cómo acaba desembocado en esa reflexión sobre los cierres. David decide reunirse con el autoestopista, ver si se arrepiente, etc, y él intenta manipularle, se pone a la defensiva intentando darle la vuelta a la situación, luego intenta darle pena, etc. Los cierres no siempre funcionan como pensamos, ya sea cierres con gente que nos ha hecho sufrir o al revés, cierre con personas a las que hemos hecho sufrir.
Totalmente. Es como esto del “rape & revenge”, que ella se venga de su violador, pero no le supone lo que piensa que le va a suponer… pero es que el cierre no está en la otra persona, eso es un fallo que tenemos. Pretender que el cierre venga por la persona que nos ha ocasionado el mal. Primero, que la persona en cuestión, como en el caso del autoestopista, para que el cierre funcionara, tendríamos que guionizar ese encuentro. O sea… yo sería capaz de llamar por teléfono a las personas que abusaron de mí si me dijeran lo que quiero que me digan (ríe) pero es que eso siempre va a fracasar. Si se sale una sola frase del guión que tengo en mi cabeza, ya no me va a funcionar, porque lo que uno necesita es cosas muy concretas, que es muy difícil que una persona que te ha maltratado o ha abusado de ti vaya a decirte. Intentar buscar el cierre fuera de nosotros no tiene sentido; es un error que yo también he tenido y que me ha llevado solo a más infelicidad. Yo he cerrado mucho más mis heridas yendo al psicólogo y poniéndome a mí en el foco que pretendiendo que nadie me pida perdón o me llame.
«He cerrado mucho más mis heridas yendo al psicólogo y poniéndome a mí en el foco que pretendiendo que nadie me pida perdón o me llame»
Alan Ball decía que ambientó la serie en Los Angeles porque es “la capital mundial de la negación de la muerte”. No puedo acabar esto sin preguntarte si te imaginas a Lana del Rey -por entonces adolescente- como una amiga de Claire.
(ríe) ¡Claro, por favor! Qué fantasía. Mira, si te soy sincera, estoy deseando ir a Los Angeles y es solo por Lana. Suena a fan pirada, pero es que ella se ha encargado de romantizar tanto Los Angeles… a pesar de escribir textos tan crudos sobre ello. Pero a mí era un lugar que no me llamaba nada la atención, y ahora es como el siguiente destino al que me gustaría ir.
[NdR: LA ÚLTIMA PREGUNTA, QUE VIENE A CONTINUACIÓN, TRATA EL MAYOR SPOILER QUE SE PUEDE HACER DE ESTA SERIE. RECOMENDAMOS TERMINAR LA ENTREVISTA AQUÍ SI NO SE HA VISTO COMPLETA]
Terminemos con, como no puede ser de otra manera, el final de ‘A dos metros bajo tierra’. Es un final que te deja roto, pero para mí algo bello que tiene, y que realmente tiene toda la serie, es ese mensaje súper vitalista a pesar de hablar constantemente de la muerte. Quizás porque la muerte está tan presente, te empuja a vivir todo el rato. Con el final me pasó: estar llorando pero a la vez tener esa sensación casi mística de revelación.
A mí me pasó parecido… pero cuando superé lo de estar cuatro horas llorando en el sofá, en la ducha, en la calle, y en el centro comercial (ríe) Me puse a llorar compulsivamente, no podía parar. Cuando tuve aquella no-contestación de Ricky me puse a hacer cosas cotidianas a ver si se me pasaba la tristeza, pero no había manera. Es verdad que luego me dejó algo como positivo… justo por ser tan irremediable la muerte. Te gustan estos personajes, ¿verdad, Zahara? Pues van a morir todos. Y no es “van a morir todos estos personajes”, es que se va a morir tu familia, se van a morir tus amigos, se va a morir el amor de tu vida, te vas a morir tú. Por eso quizás queda ese poso de positividad. Es un hachazo de realidad tan heavy que no te queda otra que sobrevivir a ello con una actitud positiva… o te puede hundir también muchísimo, ¿eh? (ríe) A ti y a mí nos dejó eso, y quizás por eso tengamos un recuerdo tan bueno de la serie, pero habrá a quien no.