Música

Cate Le Bon / Pompeii

Cate Le Bon es desde hace rato una de las artistas favoritas de la crítica especializada anglosajona por su singular recuperación del art-pop de los 70. Tras debutar en solitario en 2009, el mayor hit de su carrera llegó con su tercer disco gracias a los milagros del streaming; y el último, ‘Reward’, publicado en 2019, recibía una merecida nominación al Mercury Prize. El nuevo supone un paso al lado.

El sexto álbum de Le Bon recibe su nombre de la famosa ciudad italiana que desapareció en el año 79 D.C. tras la erupción del Vesuvio, y sirve a la galesa para ofrecer una reflexión sobre la «comodificación del dolor humano» presente en la sociedad de hoy. La artista «graba el dolor en una piedra» y lo canaliza a través de su arte, que irónicamente suena más estoico que nunca. Canciones y producción suenan apagados a propósito, pálidos como el rostro de Cate en la portada.

A menudo los arreglos parecen diseñados a propósito para no producir ningún tipo de emoción. Se supone que el sonido ochentero de ‘French Boys’, inspirada en los personajes de chicos jóvenes idealizados del cine francés, o que la ingrávida intro de ‘Dirt on the Bed’ deberían ser excitantes… o no, pero lo que provocan más bien es cierto sopor. La pista titular pierde tanta fuerza hacia el final que parece que Cate se está quedando dormida. ¿De verdad el álbum suena tan plano aposta?

‘Pompeii’ contiene buenos momentos como ‘Moderation’, el single de presentación, que habla sobre la ambición de los seres humanos de llegar a la Luna mientras la población aún se muere de hambre (¿dedicada a Elon Musk?) y, tanto en lo instrumental como en lo melódico, ‘Harbour’ y ‘Running Away’ también resultan singles apañados: el primero se vale de un adictivo «groove» para reflexionar sobre la muerte, y el segundo ofrece el clímax emocional del disco, que sí, lo hay.

Le Bon ha compuesto el álbum completamente sola, en el contexto de la pandemia, principalmente al bajo, y aunque ha contado con la ayuda en la producción de su colega Samur Khouja, el álbum posee un sonido singular y cohesivo basado en la contención que está recibiendo comparaciones con la etapa berlinesa de Bowie. Pero la producción ni es inmersiva ni favorece a las canciones: más bien las aplana como si fueran plastilina. Todos los colores que puedan tener los instrumentos, los hace más grises.

Lo cual no sería malo necesariamente si las canciones tuvieran más atractivos, pero en ‘Pompeii’ las melodías a menudo son tan exangües como la producción, como es el caso de ‘Cry Me Old Trouble’, o tan redundantes como la de ‘Remembering Me’, una «entrada de diario neurótica» que versa sobre la necesidad de las personas de crearse sus propios mitos. Ojalá el disco tuviera un poco más de neurosis en lugar de exactamente lo contrario.

Los comentarios de Disqus están cargando....
Share
Publicado por
Jordi Bardají
Tags: cate le bon