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El libro de Jeff Tweedy te ayudará aunque no quieras «componer una canción»

«No tengo la intención de escribir un libro de autoayuda», dice Jeff Tweedy en la página 68 de su libro ‘Cómo componer una canción’, dejando caer que tal afirmación vendrá sucedida de una frase adversativa del tamaño de Chicago. ‘Cómo componer una canción’ parece un libro didáctico para músicos de bedroom pop o cantautores rasgueando una guitarra por primera vez, y a ellos se dedica gran parte del tiempo. Los 24 brevísimos capítulos de este libro decorado con un pentagrama por aquí y por allá reciben nombres como «convertir la composición de canciones en un hábito», «jugando a rimar» o «aprender las canciones de los demás».

La creación musical, como la de otras artes, se ha mitificado hasta el punto de que pareciera cosa de los dioses, como mínimo de puntual inspiración divina. Jeff Tweedy, como ese Nick Cave que afirma que pasa horas al piano hasta que le sale algo, recuerda al compositor novel que la creación de una canción no solo se reduce al hecho de estar inspirado -que por supuesto puede ayudar- sino que a la larga es una cuestión de trabajo, disciplina e interés por lo que hacen los demás. Tweedy tiene la teoría de que si no escuchas mucha música, no serás un gran creador y revela por ejemplo de qué manera le inspiró escuchar por primera vez ‘Andromeda’ de Weyes Blood, una artista mucho más joven que él. Nunca adivinarás qué temas de Wilco salieron de ahí.

Jeff ofrece una amplia gama de trucos más y menos experimentales que van desde escuchar una conversación a expresar cómo te sientes, pasando por escribir todo lo que se te ocurra en un folio y recortarlo, cambiarlo todo de orden y deconstruirlo en busca de un mayor valor poético.

Sin embargo, ‘Cómo componer una canción’ trasciende esa función meramente didáctica para llegar mucho más allá a tres niveles. En primer lugar, por supuesto el libro es una chuchería para todo fan de Wilco. No tanto como su autobiografía ‘Vámonos (para poder volver): Acordes y discordias con Wilco, etc.’, pues es un tomo mucho más modesto en todos los sentidos, pero sí para adentrarnos en el proceso creativo de ‘You and I’ o, por ejemplo, cómo dos canciones tan dispares como ‘Art of Almost’ y ‘One Sunday Morning’ terminaron abriendo y cerrando el mismo disco.

En segundo lugar, los consejos de Jeff Tweedy sirven para inspirar a cualquier tipo de creador: sea teatro, cine, novela o videoclip a lo que te quieras dedicar, ‘Cómo componer una canción’ es toda una motivación para no rendirte por el camino, para sentirte acompañado en los momentos duros de sequía y para recordar que no toda obra ha de ser una obra maestra, que lo importante es que al crear algo, te sientas como «una persona más feliz, con mayor capacidad para lidiar con el mundo».

Lo que nos lleva, por último, a la universalidad definitiva de ‘Cómo componer una canción’. En realidad, detrás de cada «quiero darte amor con mano dura» y detrás de cada «tener buenos modales mola, incluso es algo revolucionario», no estamos asistiendo sino al sabio, sosegado, humilde y tierno relato de una persona que ha asistido a rehabilitación para recuperar las riendas de su vida, y que ahora quiere transmitir sus fuerzas al mundo como buenamente puede y sabe.

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Publicado por
Sebas E. Alonso