Cuando a mediados de los 90 llegaban a nuestros oídos los primeros beats que hoy identificamos como drum&bass, jungle y breakbeat, de alguna manera aquella música ya sonaba un poco a fin del mundo. La electrónica de aquellos tiempos parecía anticipar el siglo XXI -incluso en España se hizo un famoso programa de radio llamado así- y, pese a su componente renovador, adivinábamos también que una nueva era no traería necesariamente algo bueno.
El paisaje que dibuja el vallisoletano Erik Urano -también conocido como Flat Erik o como el rapero de la provincia menos vaciada de la España vaciada- en su nuevo disco ‘Qubits’ es más feo de lo que vaticinábamos por aquel entonces, pues casi cada verso llega para hablarnos de cómo la nueva tecnología no nos ha hecho mejores personas ni ha construido un lugar mejor. Ni muchísimo menos.
Sus letras se construyen en torno a «unos y ceros», «big data», «bots que no sienten nada», «logaritmos y fábricas», con frases como «no sé quién hay tras la pantalla» o «quieren mi info, quieren mis datos», para hacernos reflexionar sobre cosas como las «fake news», la manipulación de la realidad que vemos en las redes sociales o cómo el mundo se convirtió en una especie de Gran Hermano que ni ‘1984’.
Erik Urano se crió atendiendo al rap en español de gente como 7 Notas 7 Colores y Sólo Los Solo. La crudeza industrial del centro de Europa o en el último lustro el grime británico han ido sumando a su imaginería hasta dar con un sonido bastante identificativo en el que sus versos cortantes se complementan con una producción igualmente oscura. En este disco tiene mucho que ver la producción de Merca Bae, quien ya aparecía en el disco anterior, de manera muy ilustrativa titulado ‘Neovalladolor’ (2020), en concreto en el tema ‘Molecular’.
‘Qubits’ se sirve de una línea estilística parecida, con su variedad y recovecos, para hablarnos de los males del mundo actual, dejando en ocasiones un mal sabor de boca. La palabra «nada» es repetida constantemente en ‘Zero’ justo porque sus primeros beats nos transmiten el mismo nihilismo que ‘Idioteque’, la obra maestra de Radiohead influida por WARP Records. La angustia se palpa incluso en los momentos más instrumentales, como ‘ITER Riddim’, salpicando también a los momentos más pop del breve álbum.
Y es que en ‘Qubits’ encontramos ocasionalmente la inmediatez de una producción de Mad Decent, como por ejemplo en los temas llamados ‘Low’ e ‘I+D’, muy identificativos por sus insistentes títulos o visibles ganchos que apelan al «humo, sangre y sudor» o recuerdan cómo «se supo escapar pero nunca volver». En otras ocasiones son las flautas (tema titular), las máquinas (‘Looper’) o las sirenas en señal de auxilio (‘ITER RIddim’) quienes nos adentran en el particular mundo gris y desangelado de Erik Urano.