Omar Apollo es uno de los artistas asociados al bedroom-pop que más popularidad han alcanzado. El artista de Indiana suma más de 5 millones de oyentes mensuales en Spotify, ha colaborado con gente tan dispar como Kali Uchis, Bootsy Collins o Pharrell Williams e incluso ha tenido tiempo de pasarse por la secuencia de uno de los discos españoles más importantes de los últimos tiempos, el de C. Tangana. Su debut oficial, ‘Ivory’, demuestra que el artista tiene tablas para desvincularse de esa etiqueta con éxito.
‘Ivory’ podía no haber sido el disco que es. Apollo compuso una primera versión hace años, pero la descartó y en su lugar lanzó la mixtape ‘Apolonio’. Enfocado en crear el mejor debut posible, el autor de ‘Ugotme’ incluso llegó a cancelar o posponer fechas de su gira para trabajar en la versión de ‘Ivory’ que hoy existe. El esfuerzo ha valido la pena.
A Apollo siempre le han perseguido las comparaciones con Frank Ocean, más ahora que el autor de ‘blonde’ está ausente de la actualidad musical. ‘Ivory’ no es un disco tan experimental como aquel, pero la paleta de sonidos (R&B con guitarras eléctricas, beats de hip-hop alternativo, baladas noctámbulas, voces apitufadas en algún interludio) es similar en ocasiones, y la voz de Apollo es muy parecida a la de Frank. Lo cual solo quiere decir que Apollo posee una voz preciosa y versátil que le permite acomodarse a los diferentes estilos que toca en ‘Ivory’. El disco nunca transmite que Apollo esté llevando un ejercicio de imitación. Más bien el camino que sigue es el suyo propio.
Así, en ‘Ivory’ escuchamos a Omar explorar diferentes registros que le sientan como un guante. El single ‘Invincible‘ se sitúa a medio camino entre el blues, el R&B alternativo y el pop lo-fi y su sonido reconforta. ‘Killing Me’ traslada las influencias R&B de Apollo a una canción que se queda muy cerca de ser perfecta. Las referencias a veces están a una galaxia de distancia. Por un lado, ‘Go Away’ presenta elegantes matices italo disco. Por otro, ‘Evergreen’ enternece con su sonido de Motown clásico.
De alguna manera, Apollo y sus productores consiguen que todo esto funcione en conjunto. Incluso cuando parece imposible. ‘Talk’ inaugura el disco haciendo uso de unas distorsiones absolutamente -perdón, lo voy a decir- deliciosas en guitarras y voces. Ojalá Apollo explora más este sonido en el futuro. La pista siguiente, ‘No Good Reason’, parece una modernización del ‘Touch My Body’ de Mariah Carey. En la secuencia más extraña, el disco pasa de un corrido mexicano (‘En el olvido’) a un trap latino producido por Pharrell (‘Tamagotchi’) que suenan juntos sin silencios.
Las letras de ‘Ivory’ plasman los diferentes sentimientos que cualquier joven de la edad de Omar (24 años) experimenta. Hablan de amores intensos, a los que Omar se aferra imperiosamente; de los chutes de dopamina que provocan los besos, de atreverse a ser vulnerable, de la frustración que produce invertir energía en una relación sin recibir nada a cambio, pero también de la euforia que se siente cuando sucede lo contrario.
‘Ivory’ es un álbum variado, pero la firma de Omar se percibe sobre todo en sus canciones más vulnerables y taciturnas, como ‘Invincible’, ese ‘Petrified’ que incorpora sonidos de juguetes o ese bonito primer single llamado ‘Bad Life’ que, junto a Kali Uchis, promete poner banda sonora a incontables noches de verano venideras. Sin embargo, con una voz como la suya, hubiera sido un crimen que Omar no probara otras cosas. ‘Ivory’ resulta un estupendo debut, por parte de un artista al que seguir de muy cerca.