Música

Bloc Party / Alpha Games

El último álbum de estudio de Bloc Party data de 2016, y sonó un poco a canto de cisne: ya existían dudas cuando se anuncio su lanzamiento sobre si el grupo se había separado sin comunicarlo, pero además ‘Hymns’ tampoco es que hiciera mucho ruido. Sí lo hizo la gira de aniversario de ‘Silent Alarm’, el álbum que les puso en el mapa: los conciertos funcionaron bastante bien y, quizás por eso, anunciaron a principios de 2020 que comenzaban a preparar un nuevo disco. Los fans probablemente esperaban que se lanzaría ese mismo año, pero 2020 no fue un buen año para las bandas. Así, ‘Alpha Games’ nos llega dos años después.

Tras ‘Silent Alarm’, Bloc Party parecían jugar en una liga parecida a la de Interpol, Franz Ferdinand o incluso The Strokes, pero los hostiones que vendrían con sus siguientes trabajos confirmaron que los chicos iban a correr peor suerte. ¿Tuvo que ver en el rechazo de la crítica y de parte del público el hecho de que Kele Okereke era una persona negra y abiertamente (o sacada a empujones del armario por la prensa musical) LGBT al frente de una banda de rock indie a principios de los 2000?

Para qué engañarnos, probablemente un poco sí. Pero también es cierto que los siguientes álbumes de la banda no estaban al nivel de ‘Silent Alarm’ y, quizás por eso, los londinenses anuncian a bombo y platillo que ‘Alpha Games’ es “un regreso” a ese disco. Y ese regreso se ve en los sonidos, mucho más cercanos a ese debut que a los que les siguieron… pero no tanto en la calidad.

Okereke se ha rodeado de sus compañeros Russell Lissack, Justin Harris y Louis Bartle (el segundo disco para los dos últimos, pero el primero en que su contribución está al mismo nivel que Okereke y Lissack), y además ha contado en la producción con Adam “Atom” Greenspam, habitual de los IDLES, y Nick Launay, que además ha trabajado con Nick Cave, Yeah Yeah Yeahs e incluso con Arcade Fire.

Esto resulta en un sonido por lo general bastante cohesivo, y como decimos próximo al de ‘Silent Alarm’, pero sin la garra de aquél, y que puede resultar pesado, y en ocasiones hasta indistinguible. No es que ‘The Girls Are Fighting’, ‘If We Get Caught’ o ‘Rough Justice’ sean malos temas, pero musicalmente no dicen mucho – ignoremos la letra porque nunca ha sido el fuerte de Bloc Party, y ya nos encontramos cosas como “sweet like Mary Jane, soft like Bambi” en el lead single ‘Traps’ que nos avisan. Sí que hay coqueteos con el drum & bass en ‘Callum is a snake’ o con el rap en ‘Day Drinker’ pero, aunque seguramente todas estas canciones crezcan en directo, no terminan de destacar.

Mejor suerte corren ‘In Situ’, absolutamente pegajosa y con un eficaz e inesperado solo casi metalero en el puente, ‘The Peace Offering’, que se acerca -salvando las distancias- a los últimos Radiohead y, sobre todo, ‘Of Things Yet to Come’. Esta canción es sin duda el highlight del disco, y puede que una de las mejores de la discografía de Bloc Party, un lamento de amor perdido con uso de pronombres masculinos (lejos de ser un detalle chorra, es algo de lo que Okereke ha hablado) que funciona a las mil maravillas como midtempo dentro de toda la carga enérgica de ‘Alpha Games’, y que además cuenta con interesantes arreglos haci el final.

En definitiva, ‘Alpha Games’ no es ‘Silent Alarm’, pero demuestra que Okereke y compañía siguen teniendo buenas ideas, y que quizás este hiato puede servirles para que se centren en ellas, en lugar de en replicar un pasado que se siente bastante más prefabricado. En cualquier caso, seguro que en directo funciona ahora mejor que nunca, porque la nostalgia de esta propuesta se acompaña de la nostalgia que podemos tener este verano ante la vuelta de los festivales (o de la imagen idealizada que tenemos de esos festis entre los 00s y los 10s, el gran momento de Bloc Party).

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Publicado por
Pablo Tocino
Tags: bloc party