Con 15 álbumes publicados a sus espaldas, Sean Nicholas Savage es uno de esos artistas de culto que se caracterizan por su generosidad. A lo largo de su carrera, que arranca formalmente en el año 2008, el canadiense ha explorado una mina creativa de la que ha extraído canciones de todos los estilos, de la bossa nova al pop ochentero pasando por el folk-pop o la música disco.
Parte de la gracia de escuchar la música de Sean Nicholas Savage ha sido siempre afrontar grabaciones con un marcado carácter lo-fi, pues él es uno de esos artistas que reivindican el formato casete desde incluso antes de que se pusiera de moda. Hay que recordar que de Savage es la primera referencia oficial que publica el sello Arbutus, que después descubre a Grimes. Era una cinta.
Pero ha pasado mucho tiempo de aquello, y Savage no ha renunciado a madurar como artista ni a experimentar con diferentes formatos y valores de producción. ‘Shine’, su nuevo disco, es el más nítido y «profesional» de su carrera en ese sentido, un salto hacia la producción «glossy» que encontramos habitualmente en el pop comercial, solo que por parte de un artista con alma DIY. De hecho, de la producción de ‘Shine’ se ha encargado su amigo Mac DeMarco.
‘Shine’ es un trabajo que nace, como tantos otros, de la pandemia, una época de depresión y estancamiento creativo para Savage, que el canadiense transforma en una colección de canciones efectivamente llenas de luz y también de emotividad. En ‘Shine’, un disco eminentemente acústico, a guitarra y piano, se cruzan influencias como son el city pop de Tatsuro Yamashita, la canción autoral de Elliott Smith y el pop de Max Martin (‘Comet’ es una «copia» de Britney, en palabras de Savage) y el resultado es uno de los trabajos de Savage más íntimos, y también más deliberadamente sentimentales.
Tanto es así que ‘Feel Like a Child’, el bonito tema inaugural, no lleva tanto a los artistas mencionados como, de manera inaudita, a Antonio Flores y a su ‘Siete vidas’. El sonido del pop intimista más «cheesy» y sensiblero de los 90 inunda ‘Shine’ al completo, tanto que, a veces, a Savage se le desborda la emoción hasta lo paródico, como sucede en la lacrimógena ‘Poetry is My Only Chance’ -ya por el título- o en el falsete de ‘Between My Eyes’, próximo al llanto.
‘Shine’ es mejor cuando más logra equilibrar sensibilidad con buenas composiciones, a la manera de una Eva Cassidy. El tema titular conmueve con su descripción de una persona que encuentra la esperanza en el «brillo de los ojos de una gaviota», ‘Streets of Rage’ es una de las canciones más tiernas jamás escritas por Savage gracias a su estribillo «na, na, na, yo creo en ti», y ‘Comet’ estremece como lo haría el hallazgo de un nuevo amor, cuando menos lo esperas.