Grimes / Miss Anthropocene

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Grimes / Miss Anthropocene

Grimes ha entretenido al mundo a lo grande en los últimos tiempos con sus recientes decisiones personales y artísticas. En el tiempo que ha pasado desde el lanzamiento de ‘Art Angels‘, la canadiense ha hablado pestes de aquel disco… pero también ha empezado a salir con el magnate de la tecnología Elon Musk, con quien además espera un bebé, y sobre todo ha creado un disco conceptual protagonizado por la «Diosa del cambio climático» con el que ha buscado personificar este problema y «hacerlo divertido».

Por mucho que Grimes insista en que los medios tergiversan sus palabras todo el tiempo, en este caso no cabe duda de lo que ha querido decir: Grimes no piensa que el cambio climático sea divertido, pero sí que hacer un disco sobre él desde una perspectiva mitológica lo es. Y hay que elogiarla por atreverse a hacer algo que nadie ha hecho (quizá por miedo a ser malinterpretado) y porque el concepto de ‘Miss Anthropocene’ no puede ser más interesante de entrada: en este trabajo, una diosa hecha de «marfil y aceite» que «se regocija con el fin del mundo» atiende a la decadencia de una humanidad ahogada por el abuso de las drogas, la contaminación y la adicción a internet. La visión aceleracionista del apocalipsis de ‘Miss Anthropocene’ solo podía haber salido de la mente de esta persona que ha llegado -en sus palabras- a someterse a una cirugía «experimental» para cambiar el color de sus ojos y a declarar que la música en vivo está abocada a ser reemplazada por la inteligencia artificial… Palabras que, recordaréis, provocaban de inmediato la ira de su colega Zola Jesus, quien en un memorable episodio cibernético, llamaba a Grimes la “voz del privilegio fascista de Silicon Valley”.

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En los últimos años, Grimes ha completado una evolución de cantante indie a celebridad fascinante, y el personaje público en que se ha convertido por momentos parece una pesadilla que Aphex Twin o Marilyn Manson habrían imaginado en el mejor momento de sus carreras. Leer las bromas que se le ocurren a la gente en internet sobre los «alienígenas» Elon Musk y Grimes es un pasatiempo divertidísimo. Sin embargo, además en ‘Visions‘ y ‘Art Angels’ la música había sido excelente, lo cual no es el caso de este ‘Miss Anthropocene’ en el que cada canción es una «representación diferente de la extinción humana»… sin que las canciones mismas reflejen esa misma profundidad ni a nivel de letras ni a nivel de música.

A rasgos generales, ‘Miss Anthropocene’ es el disco más oscuro y sombrío de Grimes, pero su pop electrónico está lastrado por unas melodías vagas que en algunos casos no parecen materializarse en canciones propiamente dichas. El ejemplo más claro es ‘New Gods’, que con poco más que un piano debería haber sido la gran balada del disco pero pierde el norte enseguida. Los «nuevos dioses» de las «redes sociales» y la «cirugía plástica» han dado lugar a una canción casi tan fría como los personajes en que se inspira. Tampoco es buena señal que la primera canción de un disco deje tan poca huella, pero ‘So Heavy I Fell Through the Earth‘ es un ejercicio en atmósfera ante todo. Puede que como apertura funcione para establecer el tono apocalíptico del disco, pero como canción está lejos de los mejores momentos de Grimes. Al menos es gracioso el single ‘Violence‘ con i_o, escrito desde la perspectiva de una Tierra que acusa a los seres humanos de «alimentarse» con su destrucción, pero no es ‘Oblivion’ ni ‘Genesis’ ni ‘Flesh without Blood’ ni ‘We Appreciate Power’, canción que por cierto no aparece en la edición estándar del disco pero sí en la deluxe. Su sonido nu-metal no encajaba por aquí (¿o sí?), pero es una pena que una de las mejores canciones de 2018 se haya quedado sin «hogar» propiamente dicho.

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No todo es malo en ‘Miss Anthropocene’. Si existe una canción que capture la sensación de volverse completamente loco mejor que ninguna otra, ‘4æm’ puede ser esa canción. Rara vez la paranoia, la caída a los infiernos de la propia mente, ha sonado tan trepidante y divertida, pero la mezcla de ritmos drum ‘n bass y otros más bien bollywoodienses de ‘4æm’ da lugar a un temazo incontestable. Por otro lado, la «bestial» ‘My Name is Dark’ es un rompepistas que escuchar precisamente a la 4 de la mañana cuando las «drogas» lo son todo (este es el mensaje que expresa la canción) y destaca por su envergadura y por su recuperación del sonido t.A.T.u. circa 2005; mientras, en el lado opuesto, la balada ‘Delete Forever‘ (la otra cara de la moneda de ‘Future Forever’ de Björk) denuncia la «crisis de los opiáceos» de manera muy acertada por su forma clásica: Grimes no necesita más que una guitarra acústica inspirada (o no) en ‘Wonderwall’, un banjo y un sencillo ritmo de batería para conmovernos con esta preciosa composición reforzada gracias a un vídeo-cuadro impresionante.

Cabe mencionar para comprender la dirección artística tomada por Grimes en este álbum que ‘4æm’ forma parte del videojuego ‘CYBERPUNK 2077’ y de hecho muchas de sus pistas suenan compuestas para este formato, como la etérea pista final ‘IDORU’. Sin embargo, en el camino de trabajar la atmósfera y de pasarse «100 horas» dando vueltas a una canción como ha sucedido con ‘My Name is Dark’, la canadiense parece haber perdido el enfoque de crear canciones pop que puedan llegar de verdad a la gente. Si ‘DARKSEID’ captura «la inquietud de nuestras almas» pues «ya no movemos nuestros cuerpos», la canción no puede producir menos inquietud… Una oportunidad perdida por Grimes de demostrar que detrás de su interesante personaje y de su aún más interesante discurso aún existe una obra musical igual de potente.

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Calificación: 7/10
Lo mejor: ‘4æm’, ‘Violence’, ‘Delete Forever’
Te gustará si te gusta: iamamiwhoami, Zola Jesus, Austra, t.A.T.u.

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