Como parte de su gira 2022, la que ha pasado por Pamplona, The National han venido tocando varias pistas inéditas. Una de ellas es ‘Weird Goodbyes’, que antes se había conocido con los títulos provisionales de ‘Bathwater’ y ‘Mount Auburn’. En su versión de estudio, Bon Iver también canta junto a Matt Berninger a medida que se acerca una segunda mitad que busca un cénit que se acaba produciendo… si te animas a escuchar ‘Weird Goodbyes’ unas 10 veces.
El grupo no ha querido ser ambiguo sobre el significado de ‘Weird Goodbyes’, explicándolo desde el principio. Dice Matt: “Se trata de dejar atrás el pasado y seguir adelante, y luego sentirse abrumado por las dudas”. El tema salió a partir de un ritmo creado por Aaron Dessner, que pensó que Bryan podría tocar «de manera natural»: «La melodía y las palabras de Matt fueron elegantes y conmovedoras desde el principio, lamentando la pérdida de la inocencia y la motivación, aferrándose a los recuerdos y sentimientos que inevitablemente se desvanecen y al dolor que todos sufrimos en las extrañas despedidas”.
La letra habla con cierto fetichismo de hasta el último detalle del pasado (“memorize the bathwater, memorize the air” y esa referencia a un abrigo abandonado en un coche), pasando a la frustración y la inutilidad de algunas de nuestras acciones. A medida que suben la intensidad y los arreglos, las palabras se van haciendo más ariscas (“no hay nada que hacer, no puedo volver atrás, no puedo seguirte”)… ¿hasta hacer pupa o todo lo contrario?
‘Weird Goodbyes’ es otra elegante producción de The National, aunque también despreocupada, jugueteando involuntariamente con lo inocuo. Algunos lo llamarán madurez, y otros, aburrimiento. Si fuera un disco de U2 sería seguramente ‘All That You Can’t Leave Behind’, el último que mereció la pena. Un disco fiel a lo que se conocía como su estilo, exento de experimentación, también algo conformista en cierta medida, pero bueno al fin y al cabo.
Hoy por hoy, siendo ellos mismos, no tengo muy claro si The National están más cerca de hacer un buen disco (‘All That You Can’t Leave Behind’), de ganar un Grammy por un disco sin merecérselo («How to Dismantle»), de hacer un disco OK que ya nadie recuerda (‘Songs of Innocence’) o de entregar un álbum tan soporífero como ‘Songs of Experience‘.