Cada 6 o 7 años, parece que toca álbum de Hudson Mohawke, uno de los grandes valores de WARP, quizá el sello de música electrónica más prestigioso del mundo. ‘Cry Sugar’ es tan sólo su tercera obra en solitario -conocido es también su trabajo junto a Lunice en el dúo TNGHT-, además de la consecuencia de unos años tumultuosos en la vida personal del artista.
El escocés decidió abandonar Europa para instalarse en Los Ángeles y, por mucho que le pareciera un cliché a él mismo, la ciudad le sirvió para desintoxicarse de la mala vida que acarreaba estar de directo en directo. Le llevó dos años la rehabilitación, hoy en día celebra sus éxitos con champagne sin alcohol, y ‘Cry Sugar’ de alguna manera representa la lucha entre esos dos extremos: el vértigo y la paz. Como él mismo explica en The Fader, en el largo «hay momentos edificantes, pero también otros melancólicos con la sensación de «todo está jodido» y «he destruido mi jodida vida y arruinado mi carrera»».
Y es que Hudson Mohawke, últimamente viral en TikTok con un tema antiguo llamado ‘Cbat’, es un hombre de extremos. Lo mismo te habla de cómo la música de Max Richter utilizada en ‘Shutter Island’ le hace llorar, como de la influencia de un programa cómico escocés llamado ‘Chewin’ the Fat’.
‘Cry Sugar’ puede volver a ser percibido como un disco de glitch con samples de soul, ritmos espídicos próximos al hyper pop (a destacar ‘Bicstan’) y voces pitcheadas, pero también presenta piezas próximas a la música clásica, como es el caso de las espectaculares cuerdas sintéticas de ‘Lonely Days’. Y, por otro lado, la portada parece una rara mezcla entre ‘Querelle de Brest’, ‘Little Britain’ y los Cazafantasmas. Y lo del Hombre Malvavisco es explícito.
‘Cry Sugar’ ya no puede sorprender mucho en esa producción tipo «todo vale». Hasta el mejor amante termina aburriéndote de sus trucos. Lo que sí sigue manteniendo el bueno de Hudson es cierto filtro de calidad y, al igual que hace poco se dio cuenta de que parte de su material no era lo suficientemente bueno como para llegar a sus álbumes de estudio y lo publicó sumando hasta 3 mixtapes en 2020, ‘Cry Sugar’ sí logra captar tu atención en casi todo lo que toca.
Lo más vistoso son los temas eufóricos, como el single ‘Intentions’, que hasta cuenta con cierto estribillo; ‘Stump’ y esa intensidad olímpica que tan bien habría casado en Londres 2012; o los 6 minutos de ‘Is It Supposed’, una debilidad personal. Los sampleos de soul que dice haber copiado de maestros como DJ Premier, Pete Rock y Just Blaze inspiran momentos tan presentables como ‘3 Sheets to the Wind’ o tan lustrosos como ‘Behold’, inspirada en el baladón ‘For Your Glory’ de Tasha Cobbs. Otros son más experimentales, como ‘KPIPE’; o electro, como ‘Dance Forever’.
El álbum presenta un desenlace muy concreto con la estupenda ‘Come a Little Closer’ y la versión «slumber» de la intro ‘Ingle Nook’, dando al álbum cierto sentido narrativo. ¿Será un disco de coartada conceptual y sesudo? Nah… «Slumber» significa «duermevela», lo cual tiene bastante guasa.