Santigold se ha pensado su regreso. Pasados los tiempos en que era noticia habitualmente por el pequeño hype que vivió con ‘L.E.S. Artistes’ o por el buen recibimiento de discos como ‘Master of My Make-Believe’ (2012), donde se escondía su gran hit ‘Disparate Youth’, ahora ha dejado pasar 4 años desde su última mixtape y 6 desde el último disco de verdad, ’99 Cents’.
La mixtape de 2018, ‘I Don’t Want’, tuvo su valor pues, concentrada en la música jamaicana, era todo lo que Rihanna nos prometió hace demasiado tiempo y jamás nos concedió. ‘Spirituals’, en cambio, no se mueve en ninguna dirección en concreto, preservando el interés de Santigold por estilos diversos como el reggae, el punk o el rock, pero sin dar ningún fuerte golpe sobre la mesa. Algo que habríamos agradecido después de tanto tiempo de retiro y sobre todo después de que Beyoncé la haya reivindicado este verano como una de las mujeres negras más importantes de la historia de la música pop en un remix de ‘Break My Soul’.
El mayor esmero esta vez lo ha puesto Santigold en intentar cerrar un lanzamiento conjunto que incluye visuales, video-viñetas, cremas para la piel, una colección de té… todo bajo el nombre de Spirituals. A falta de probar los tés y las cremas, podemos elogiar algunos de los visuales. El de ‘Ain’t Ready’ tiene lugar en una sala de interrogatorio porque la canción habla de una batalla en favor del cambio, de movernos hacia delante. El de ‘Nothing’ se inspira en una imagen de Wangechi Mutu llamada ‘Snake Eater‘. Es por eso que en el vídeo, Santigold se transforma en una extraña criatura de la que «no hace falta decir el nombre ni definirla» porque simplemente existe y le parece «hermosa y poderosa tal y como aparece».
Lo invisible que se ha sentido siempre y el Black Lives Matter han influido la creación de este disco en general y esa canción llamada ‘Nothing’ en particular, lo que le ha llevado a escribir frases como «Ódiame si quieres, yo no voy a perder la cabeza / Dime lo que quieras, que yo no me creeré nada». Por su parte, ‘No Paradise’ habla del sufrimiento de la gente, cuestionando que haya un más allá. Y ‘Witness’, de la privacidad: «sé que quieren ver todo de mí, pero de ninguna manera».
Co-produce el disco junto a la propia Santigold gente tan variada como Rostam, Boys Noize, Dre Skull, Nick Zinner, Illangelo y un larguísimo etcétera. Lo que más llama la atención, aparte de la variedad estilística, es lo oscuro que es el sonido. Para ser un disco que trata de llamar a la acción y buscar el cambio, es extraño que las canciones suenen tan adormiladas, incluso tristonas y siniestras, como ‘The Lasty’ junto a Psymun. Una especie de adaptación del sonido salvaje de Kate Bush.
El resultado es sugerente, y Santigold siempre ha tenido muy buen gusto produciendo. Pero ‘Spirituals’ suena mejor cuando nos levanta de la silla, cuando lo que se nos cuenta con la música se parece a lo que nos cuenta con palabras. Así, ‘Shake’ con SBTRKT nos invita a movernos, logrando que la asociación entre revolución y baile vuelva a funcionar; y algo similar puede decirse del momento coral de ‘No Paradise’ o del desenlace del álbum con ‘Fall First’. Se trata de una producción más rock, saltarina y esperanzadora, que pretende llevarnos más y más lejos: «dame tu mano ya, porque vamos más deprisa de lo que podemos soportar».