Música

Megan Thee Stallion renace metafóricamente en ‘Ungrateful’

Viendo el comienzo de ‘Ungrateful’ –Megan Thee Stallion en lencería y tacones revolcándose en la cama de una habitación soleada y calurosa- nada hace pensar que el plan de Megan para ese día no sea otro que “recibir visita”. Pero no. La rapera coge las llaves de la mesilla y atraviesa un pasillo ataviada provocadoramente para asistir a un peculiar funeral nocturno.

El pasillo, largo, hipnótico e iluminado con luces que suben y bajan de intensidad, parece funcionar como recurso onírico, como símbolo del paso de un mundo real a otro mental. Las imágenes del extraño entierro subrayan ese carácter onírico y abren la puerta a todo tipo de interpretaciones sobre su significado: enterramientos metafóricos, renacimientos alegóricos…

De repente se pone a llover (como buen funeral cinematográfico) y Megan se desdobla como en un sueño o como en la imagen de portada de ‘Traumazine’. Ya no es una mujer vestida de negro, sino una dama de blanco con una espectacular pamela digna de las carreras de Ascot.

Bajo la tromba de agua, Megan va en busca de Key Glock, quien le espera en el porche como un adolescente nervioso preparado para ir al baile de fin de curso. Los movimientos de cámara lentos, casi ceremoniosos, agudizan esa sensación de irrealidad, de ensoñación. Una sensación acrecentada por la aparición en una casa de una cruz iluminada que de nuevo deja abierta la puerta para la especulación hermenéutica.


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Publicado por
Joric