Hasta 6 singles han precedido el lanzamiento del segundo álbum de Totally Enormous Extinct Dinosaurs. Como para resarcirse de llevar 10 años sin publicar disco, el proyecto de Orlando Tobias Edward Higginbottom ha apostado por una campaña larga, bien amasada, y un lanzamiento también generoso en cantidad: 17 pistas que suman más de 1 hora de duración.
Totally Enormous Extinct Dinosaurs se dio a conocer a principios de los ’10 por sus sesiones para la pista de baile. Durante la promoción de este ‘When the Lights Go’, ha declarado que lo fácil habría sido realizar canciones destinadas a la misma. Sin embargo, como autor va hacia otro lugar. Estamos ante un disco en verdad cálido, romántico e íntimo, en el que incluso a veces parecen las baladas las canciones que ejercen de pilar.
Y es que ‘The Sleeper’ como pista 6, ‘Friend’ como corte 11, y ‘Thugs’ como canción final con un texto que cuestiona el mundo patriarcal hacen pensar en artistas clásicos del soul, por ejemplo, el Stevie Wonder de los 80. Asimismo, casi todo el álbum se concibe como una declaración de amor. Dice, nada más empezar, “el amor es un peligro / no hay nada más peligroso que apostar alguna vez / la casa siempre ganará / pero aun así apostaré mi corazón”. En la portada posa con un traje anti-sesión, entre penumbras, cual crooner de los años 50.
Lo que no quita que el disco tenga sus bangers, y son de varios tipos. ‘Never Seen You Dance’ es funky, ‘Forever’ parece ideada para una rave, ‘Sound & Rhythm’ es el casi instrumental haciendo honor a su nombre, y así sucesivamente. Entre los singles, es muy indicativo que el que más ha calado sea el contemplativo ‘Blood in the Snow’, sobre el deseo de tener una hija, con una producción más cercana a Moderat o Caribou que al electro o al dance. Justo cuando estabas convencido de que sus influencias eran más bien The Human League, Depeche Mode y OMD, a lo que apunta otro de los singles, el titular ‘When The Lights Go’.
Media docena de sencillos de presentación y hay que destacar que quedan joyas por salir como ‘Through the Floor’, donde se pone en valor la suavidad de la voz de Orlando Tobias. ‘Be With You’, con su sample vocal, había puesto también sobre la mesa esa sensibilidad especial que le acerca a gente como el Moby de ‘Play’. Eso sí, tampoco es oro todo lo que reluce. A esas alturas del tracklist el álbum comienza a resentirse de su duración y las canciones van sonando cada vez un poco más prescindibles a partir de ‘Silence’. Más que un compositor prolífico digno de un álbum doble o triple, un buen autor de electrónica que merece más atención en medios y festivales.