Si el entorno en el que uno crece es una parte crucial en el desarrollo personal, también lo es la música que se escucha en la infancia. Jess Williamson y Katie Crutchfield (más conocida como Waxahatchee), nacidas en Texas y Alabama respectivamente, se criaron escuchando country y adorando a The Chicks y Shania Twain. Sin embargo, en sus carreras musicales eligieron caminos muy distintos: la primera aproximándose al folk, y la segunda más al rock. El excelente ‘Saint Cloud’, el último disco de Waxahatchee, sí apostaba directamente por el country pero manteniendo el espíritu indie característico de sus anteriores trabajos.
En su debut como Plains, su proyecto junto a Williamson, ambas abrazan abiertamente el género, reivindicando la música con la que crecieron y reinterpretándola bajo un prisma actual. Cuentan que el propósito no era hacer particularmente un álbum country, sino que surgió de forma orgánica: después de todo, ambas lo llevan dentro. El dúo se formó cuando Williamson estaba haciendo de telonera en una gira de Kevin Morby, pareja de Crutchfield. Ambas conectaron personal y musicalmente, resultando, años más tarde, en ‘I Walked With You A Ways’, un disco sobre amores y desamores con el amplio paisaje del sur de Estados Unidos como telón de fondo.
El acercamiento a la hora de componer difiere de lo que es habitual en un álbum colaborativo. En Plains, las canciones no están escritas por ambas compositoras en conjunto, sino por separado. Algunas de ellas las escribe Williamson, otras Crutchfield, y en lugar de cantar juntas como voces principales siempre hay una sola voz protagonista en cada uno de los cortes. Sin embargo, la sensación de unidad se palpa a lo largo de un proyecto que destaca por una atención incisiva a las melodías y a las armonías vocales, envolviendo a las canciones en multitud de capas sonoras.
‘Summer Sun’ abre el álbum estableciendo un tono agridulce. Tras la animada melodía, Williamson narra la decisión de romper una relación porque, pese a que hay amor por su parte, no está preparada para ella: “Necesitas un corazón que esté listo para ti / realmente no es culpa de nadie / pero traté de avisarte”. Inmediatamente después, Crutchfield toma protagonismo en la pegadiza ‘Problem With It’, una canción de corte clásico que suena sorprendentemente contemporánea. Sus guitarras eléctricas y acústicas, junto a una gran interpretación vocal, hacen que sea uno de los cortes más destacados del proyecto.
También lo es la desgarradora balada ‘Abilene’, cantada de forma sobresaliente y apasionada por Williamson, sobre dejar atrás una vida acomodada en busca de algo que se adecúe más a uno mismo. La cara A del álbum la completa la delicada y hermosa producción country-folk ‘Hurricanes’ con mandolinas, guitarras y banjos, que contiene unos coros preciosos de la cantante texana apoyando la voz de Crutchfield, y una letra donde la narradora admite lo complicado que puede ser una relación con ella, pero también su lealtad y su amor.
La segunda mitad del disco ofrece composiciones más discretas pero igualmente solventes. ‘Bellafatima’ es una versión de la canción homónima de Hoyt Van Tanner, que mejora a la original gracias a la entrega vocal de Williamson. ‘Last 2 on Earth’ co-escrita por Crutchfield y Kevin Morby, es una sentida proposición de intimidad. Finalmente, la canción titular, cierra el álbum con la misma sensación agridulce con la que empieza. El estribillo estremece por su afligida pero tierna conclusión: “En el sinuoso camino de la vida / A veces caminas solo / Porque la gente va y viene /Hay una temporada para cada uno / Cambian tu corazón, y luego se van / Estaré mejor todos mis días / Porque caminé contigo un camino”.
La portada del disco también nos invita a aventurarnos en ese camino con ellas. Un recorrido vasto e incierto, en el que habrá sufrimiento, pero también momentos preciosos y dignos de ser recordados, que alumbrarán nuestros días con la calidez de un amanecer en el árido paisaje americano.