Si piensas que la cuenta de un artista más seguida en Instagram es la de Ariana Grande, Billie Eilish o Bad Bunny, piensa otra vez. Selena Gomez es la artista más seguida en Instagram, y la cuarta persona más seguida en general: solo Cristiano Ronaldo, Kylie Jenner y Messi superan sus 355 millones de seguidores. Teniendo en cuenta esto, impacta que de su boca hayan salido las palabras “las redes sociales han sido y son algo terrible para mi generación”. Pero, viendo ‘My Mind & Me’, disponible en Apple, no es de extrañar que haya dicho eso, y casi que parece quedarse corta. Porque las redes sociales habrán sido mejores o peores para nuestra generación -se admiten opiniones-, pero está claro que a Selena no le han hecho ningún bien. Y quizás la fama tampoco.
Alek Keshishian, el responsable de este documental, nos decía en una entrevista exclusiva para JENESAISPOP que ve tremendamente difícil tener una buena salud mental cuando has sido una estrella desde tan pequeña, señalando el aislamiento y la soledad de la fama (no va a quererte de verdá) como principal factor. Los millones en el banco o la tremenda popularidad -si realmente es lo que buscas- pueden compensar dependiendo de tu personalidad, pero raro sería que fuese el caso en alguien que Keshishian define como “una chica con una autenticidad, una vulnerabilidad y una humildad que he visto en pocas estrellas”.
Por eso, el proyecto de documental “de gira” que Keshishian empezó con cierta pereza tras rodar el videoclip de ‘Hands to Myself’ empezó a interesarle cuando acabó desviando a un documental sobre la salud mental de su protagonista, y su relación con la fama. El problema es que el resultado sigue siendo un poco híbrido, y no para bien.
Como documental musical no funciona, olvidaos de ver momentos interesantes como las sesiones de producción y composición de ‘Miss Americana’, o acercamientos a la interpretación de los temas que aquí podrían haberse aprovechado mucho más, por ejemplo cuando se pasea por el lanzamiento de ‘Lose You to Love Me‘. Como documental de gira obviamente tampoco, el fallido Revival Tour da para algunas escenas al principio y poco más; esto no tiene naaaada que ver con lo que hizo el propio Keshishian en ‘Madonna: Truth or Dare’, aunque siga tirando del cinema verité. Lo que realmente persigue ‘My Mind & Me’ es, al final, acercarse a la salud mental de Selena durante 6 años, y ahí es donde logra sus mayores aciertos… pero no termina de funcionar del todo.
No sé si por el cariño y la cercanía de su director con Selena, a quien dice considerar su hermana pequeña, pero hay cierto pudor a acercarse demasiado y abordar el tema en su totalidad. No se trata de que haya que darle un tratamiento morboso o efectista, ni mucho menos, pero tampoco tan aséptico como, en gran parte del documental, acaba quedando… y no ayudan a ello las frases tipo diario en off mientras vemos a Selena en sets que están a medio camino entre el videoclip de ‘Marry the Night‘ y un anuncio de perfume.
Hay momentos, ojo, muy buenos, que escapan a ese tratamiento y rebosan autenticidad, como la conversación entre ella y la niña keniana sobre pensamientos suicidas (podría haber sido un total fail pero no lo es), las visitas de Selena a sus antiguos vecinos, las declaraciones de su madre o, mi favorito, ese instante en que Keshishian deja el plano en segundo ídem y abraza a Selena. Pero, en general, queda la sensación de ser un documental recomendable por sus aciertos y lo que cuenta sobre esos efectos de la fama en alguien como Selena, pero que podría haber sido mucho mejor, tanto por el material como -a priori- porque la persona detrás de las cámaras fuese la responsable de ‘Truth Or Dare’.
Lo que es innegable es que, aunque puedan darnos coraje los discursos sobre salud mental de gente tan privilegiada en algunos aspectos, nos pasamos siendo cínicos. Nos pasamos bastante. Y más si hay alcohol o cualquier tipo de droga de por medio: he ido a mirar el artículo de temática similar que escribí en esta web en la época de la sobredosis de Demi Lovato, y algunos comentarios me dan vergüenza ajena, pero es que comentarios muy parecidos he leído en las noticias que mis compañeros han ido publicando sobre Selena recientemente o incluso, sin irnos a superestrellas, en las noticias de esta web sobre Zahara. En ese sentido, puede que ‘My Mind & Me’ al menos sirva para recordarles/recordarnos que no viene mal un poco más de empatía en un mundo que la confunde con otras cosas. Y eso siempre es de agradecer.