Como título de disco, ‘NO THANK YOU’ rebosa carisma: dan ganas de hacerse una camiseta con él. Si alguien duda de en qué tono va este «NO GRACIAS», no tiene más que observar el gesto de Simbiatu Abisola Abiola Ajikawo en la portada. Little Simz también es pura actitud en el single ‘Gorilla’, toda chulería ahora que tanto se lleva la palabra «deliver» para expresar las «entregas» que molan. La rapera, al rimar «gorilla» con «driller», «mirror», «cigar», finalmente «deliver», más adelante «Mac Miller» y luego «Mike Skinner», nos está hablando de su estatus tras ganar el Mercury Prize con el sobresaliente ‘Sometimes I Might Be Introvert‘ (2021).
De la misma manera que esas cuatro notas de contrabajo repitiéndose cíclicamente como en un ensayo de jazz son una excepción en el álbum, ‘NO THANK YOU’ es un disco muy poco fanfarrón, en el que Little Simz habla más bien de problemas de salud mental, raciales, de fama y de aceptación. Solo este año ha partido peras con su mánager, ha tenido que cancelar una gira por Estados Unidos y ha hablado de ciertos problemas económicos. Tras el reconocimiento del Mercury hace muy pocas semanas, estas nuevas canciones pululan entre la inseguridad absoluta y el deseo de que tal galardón haya supuesto un punto de inflexión. «Mi vida es una bendición, pero viene con los estreses», dice ‘Heart on Fire’.
Otra de las canciones más explícitas es ‘No Merci’, en la que conviven la inquietud por el racismo («les damos nuestra verdad y nos devuelven un «blackface» / ¿por qué quieren reírse de nuestro dolor?») y por la industria musical («todo el mundo hace dinero con mi nombre / la ironía es que soy la única que no está recibiendo nada»). Pero la verdad es que todas las pistas lo son a través de unos textos larguísimos y detallados que confirman a Little Simz como la nueva Lauryn Hill.
Así se siente en su flow y en las referencias noventeras que implican la producción de Inflo, tan trip hop por ejemplo en ‘Heart On Fire’. Es muy habitual que las canciones complementen su furia o su decepción de la vida con un golpe de vientos o cuerdas que las haga sonar como a la entrada de las puertas del cielo. Un ejemplo sería la explosión de vientos en la mencionada ‘Gorilla’; otro los arreglos tan de banda sonora con que culmina el tema de 7 minutos y medio llamado ‘Broken’; y otro la intromisión del góspel en una canción que parecía tan tribal como ‘X’.
Las canciones ofrecen, por tanto, un contraste muy marcado entre la pesadumbre de Little Simz y un estribillo, una intro o una outro espirituales, que suele estar a cargo de Cleo Sol de la esquiva banda SAULT, popular por haber publicado 10 discos en 5 años, y no haber dado aún ni un solo concierto. En ‘Angel’, esa voz de contrapunto nos habla de «sentirse viva y rezar», en ‘Silhouette’ nos dice que «el tiempo nos curará y que encontremos la fe», y al final de ‘No Merci’ una voz masculina nos dice: «te han estado haciendo daño / hazte un favor / no te merecen / no puedes ser su sabia / eres solo humana, tú también».
Todo esto tiene su parte positiva y su parte negativa. Lo bueno es que los arreglos son sublimes; lo malo es que el efecto se va haciendo un poco predecible a medida que avanza el tracklist y todo resulta demasiado similar a los 5 discos que acaban de publicar SAULT en un mismo día. Little Simz aporta por supuesto su carisma como rapera, cerrando además el disco de manera algo diferente. Tras los 2 anecdóticos minutos de ‘Sideways’, ‘Who Even Cares’ presenta un registro algo distinto en el uso de Autotune o similar, y la final ‘Control’ es una excepción a piano, de amor: «Toma mi mano, y nunca la dejes ir, prométeme que estarás aquí cuando me encuentre mal», dice Kojo.
Así que esta vez no cerraremos esta crítica adivinando que Little Simz ganará el Mercury Prize en 2023. Lo que sí hemos ganado es a una personalidad con fuerza y mensajes tan necesarios como «¿por qué la salud mental es un tabú en la comunidad negra?» y «no debería ser la norma vivir tu vida en forma de tragedia» (‘Broken’). En ‘Heart On Fire’ lamenta «Ahora cada vez que haces algo, necesitas un aplauso», pero lo cierto es que continúa mereciendo uno muy grande por segunda temporada consecutiva.