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slowthai / UGLY

«Daría todo por una sonrisa», canta slowthai de capa caída en ‘HAPPY’, el corte que él mismo ha descrito como el «himno» de ‘UGLY’, su tercer disco. La búsqueda de la felicidad, entendida como la exploración de aquello que le falta a uno para sentirse pleno, es un tema que el rapero británico ya trataba en sus dos anteriores esfuerzos: a través del descontento popular en ‘Nothing Great About Britain’ y de la introspección en ‘TYRON’.

‘UGLY’ se aproxima a ello de frente, con lo mejor de los dos mundos: tiene la energía caótica e inestable de su debut y sus colaboraciones con Mura Masa (‘Deal Wiv It’ y ‘Doorman’), junto con la naturaleza orgánica y honesta que encontrábamos en la segunda mitad de ‘TYRON’. Todo magistralmente encajado en un apartado musical que baila entre el post-punk, la electrónica industrial y el rock alternativo, y que permite a slowthai convertirse en el artista que siempre ha estado destinado a ser.

Partiendo de unas influencias que él mismo ha querido reflejar en una playlist de Spotify, en la que aparecen nombres como Elliot Smith, Black Sabbath, Blur o Portishead, Tyrone Frampton se ha rodeado de un equipo de colaboradores ideal para la ocasión. Este está liderado por el productor Dan Carey y completado por Fontaines D.C. (‘UGLY’), Shygirl (‘Feel Good’), Ethan P. Flynn (‘Sooner’, ‘Never Again’) y Taylor Skye (‘Tourniquet’), además de Kwes Darko, que ha colaborado con Thai durante toda su carrera.

En ‘YUM’, el opener del álbum, slowthai retrata una espiral de excesos, centrados en el sexo («Ella dijo que quería una lluvia dorada») y las drogas («No pararé hasta que esté en coma»), que contrasta con los consejos de su terapeuta personal («Respira»). Los industriales y abrasivos sintetizadores del tema llegan a su cénit en el momento justo en el que Tyrone decide parar y finalmente respirar, liberando toda la presión acumulada con un desgarrador grito que fluye hasta ‘Selfish’, el primer gran banger de ‘UGLY’.

Y de gritos ‘UGLY’ tiene bastante, en el buen sentido. Al mismo tiempo que abraza las guitarras eléctricas, Tyrone también se mete de lleno en su faceta de cantante, desplegando las mejores y más crudas performances de su carrera y, probablemente, de lo que llevamos de año. Desde las épicas ‘UGLY’ y ‘Falling’ hasta ‘Tourniquet’, el clímax emocional del disco, slowthai demuestra que no hace falta técnica vocal si te sobra sentimiento.

Canciones como ‘Sooner’, la aproximación al pub rock de slowthai, o ‘25% CLUB’, el dulce epílogo del LP, se inclinan mucho más hacia lo melódico. Por otro lado, el rap tampoco se abandona totalmente. ‘Never Again’ es un devastador ejercicio de storytelling en el que el británico rememora sobre personas de su vida pasada y el terrible destino que encontraron, y ‘Wotz Funny’ es su particular versión del ‘Ironic’ de Alanis Morissette, siniestra y divertida a partes iguales.

‘UGLY’ (U Gotta Love Yourself) es visceral, reflexivo, caótico y profundamente emocionante, pero sin dejar de lado el carisma y el ingenio por los que siempre se ha caracterizado slowthai. En este sentido, tanto los fans de la agresividad de ‘Nothing Great About Britain’ como los que disfrutaron de la vena sensible de ‘TYRON’ estarán contentos con esta tercera entrega. Es el mejor proyecto de slowthai hasta la fecha y, pese a no ser un disco optimista, muchos encontrarán terapia en su interior.

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Publicado por
Gabriel Cárcoba
Tags: slowthai