Música

Wednesday / Rat Saw God

‘Rat Saw God’, el quinto álbum de los rockeros Wednesday, nos sumerge en los suburbios de una anónima ciudad de la América profunda. Las vidas de los personajes que habitan sus canciones son generalmente tristes y anodinas, sin rumbo ni propósito: duermen borrachos en sofás de desconocidos en nochevieja, se drogan con Benadryl hasta alucinar con cosas trepando por las paredes, o son detenidos en su propia casa por traficar con cocaína. Como si fuesen personajes de una película de Harmony Korine, están sumidos en la decadencia de un mundo del que no saben cómo escapar.

En el corazón de estas historias truculentas, inquietantes y desgarradas se encuentra una narradora sobresaliente. La cantante Karly Hartzman se esfuerza por contarlas con pasión y arrojo mediante unas interpretaciones vocales muy particulares. Su registro imprime la monotonía de un entorno hostil y apático, alterada en ocasiones por la turbulencia de los sentimientos que nacen de la pura desesperación. Así, el épico noise-rock de ‘Bull Believer’, un espectacular tema de 8 minutos y medio situado en segundo lugar en la secuencia, comienza describiendo la crueldad de la tauromaquia y desemboca en un sofá donde alguien juega a Mortal Kombat mientras a la narradora le sangra la nariz sin cesar en las escaleras de al lado. Durante los tres últimos minutos, el momento más catártico del álbum, Hartzman grita “Finish him” envuelta en una instrumentación que evoca tanto al grunge como al shoegaze más oscuro hasta que sus chillidos guturales se vuelven prácticamente indescifrables.

Sin coger demasiado aliento llega ‘Got Shocked’, un breve pero intenso corte donde destaca el trabajo del guitarrista MJ Lenderman, quien publicó en solitario el aclamado ‘Boat Songs’ el año pasado. Este último aparece en los coros de ‘Formula One’ que, al igual que la otra balada ‘What’s So Funny’, son ejercicios aparentemente calmados pero llenos de tensión contenida.

Hacia la mitad del álbum, Wednesday parecen evolucionar progresivamente del rock duro y siniestro del principio hacia terrenos más country. Al principio de esta transición, irrumpe ‘Chosen to Deserve’, un terremoto de sinceridad emocional con alma de canción de amor, pero repleta de anécdotas desagradables, donde la cantante se muestra sin filtros hablando de sus complicados años de adolescente, cuando tenía sexo en callejones sin salida o cuando bebía hasta vomitar en casa de sus padres. En el poderoso número indie-rock de ‘Bath County’, la banda referencia directamente a una de sus grandes influencias, Drive-by Truckers: “On the way home, play Drive-By Truckеrs songs real loud / You’ll be my baby ‘til my body’s in the ground”. El estilo narrativo recuerda al de Big Thief o incluso al de Phoebe Bridgers en sus descripciones de personas y lugares.

El espíritu country se percibe claramente en ‘Quarry’, donde se describen las vidas de diferentes personajes: una pareja discute en ropa interior en el jardín mientras sus hijos, con piojos y escoliosis por sus “caídas constantes en la miseria”, se bañan en la piscina; el chico de familia judía deja embarazada a la hija del predicador; Mandy y su novio son detenidos por narcotráfico. Son imágenes potentes e inolvidables que el grupo construye sumiéndolas en capas de ruido de guitarras eléctricas y percusiones agresivas.

Si ‘Twin Plagues’ vislumbraba un brillante futuro para Wednesday, ‘Rat Saw God’ es la confirmación de que han llegado para quedarse. Es un disco que mira al pasado -al grunge de Nirvana y Hole, el rock alternativo de Pixies, las guitarras envolventes del shoegaze de My Bloody Valentine- pero cuya forma de ver el mundo es puramente contemporánea.

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Publicado por
Fernando García
Tags: wednesday