Con cinco discos publicados en un periodo de veinte años (seis si se cuenta su debut perdido de 1999) es evidente que Feist solo saca nueva música cuando tiene algo que decir. En los seis años que han pasado desde la edición de ‘Pleasure’ en 2017 hasta la actualidad, Leslie ha adoptado una hija, ha perdido a su padre y, como todo el mundo, ha vivido una pandemia. Así que ‘Multitudes’ llega con un bagaje de experiencias considerable, aunque son menos sus “multitudes” de lo que parece.
El nuevo disco de Feist, que nace de una serie de conciertos íntimos que Leslie ofrece en 2021 en Europa y Canadá, sorprende por su extrema sencillez. ‘In Lightning’, la canción de apertura, llega cargada de energía y de percusiones cortapegadas que remiten al trabajo de Tune-Yards. Es estupenda la composición y también su reflexión sobre los pequeños “relámpagos” de sabiduría que nos va regalando la vida. También es excepcional en un disco compuesto principalmente por canciones acústicas interpretadas a guitarra acústica y voz, por las que de vez en cuando asoma tímidamente algún arreglo de cuerda, algún teclado, alguna flauta.
En un primer acercamiento, la dirección acústica de ‘Multitudes’ confunde. El sonido de ‘In Lightning’ engaña y da la impresión de que Feist lo ha colado a petición de su sello, al que te imaginas pidiéndole “tía, haz un single”. Sin embargo, hay destellos de belleza en estas canciones acústicas. En ‘Forever Before’, mientras los coros juegan a ser fantasmas, Feist canta sobre la ternura y a la vez la valentía que ha aprendido de la maternidad. Sus dificultades para formar una familia inspiran la preciosa ‘Love Who We Are Meant To’, cuyo título dentro de contexto significa otra cosa: “quizá nunca llegamos a amar a quien debemos amar”. ‘The Redwing’ es tan bucólica que recuerda a algo que habría firmado Vashti Bunyan
.Cuenta Feist que en ‘Multitudes’ plasma su intento por aceptar que en la vida puede no haber tomado siempre el camino correcto. De esto habla la idealista ‘I Took All My Rings Off’. Las canciones, en general, transmiten una sabiduría reconfortante. ‘Hiding Out in the Open’ captura la sensación de soledad compartida a la que nos llevó la pandemia con susurros, voces autodobladas y una bonita melodía. La fórmula funciona pero no a lo largo de doce canciones, las cuales van perdiendo entidad y fuerza a medida que el disco avanza, pues ‘Of Womankind’, por ejemplo, se apoya sobre todo en las cuerdas, y otras composiciones como ‘Before the Earth’ terminan antes de que te hayas dado cuenta.
Después de tanta contención, ‘Borrow Trouble’ es la segunda excepción del disco y permite a Feist descargar toda su rabia (gritos incluidos) en una canción que suena, curiosamente, inspirada en el sonido de los primeros Arcade Fire, cuya gira ha tenido que abandonar por las razones que todos conocemos. ‘Borrow Trouble’ supone una grata sorpresa dentro de un trabajo que busca sobre todo aportar un momento de calidez y compañía. La letra de ‘Song for Sad Friends’, el corte final, se compone de una carta que Feist escribe a sus amigos durante la pandemia, y ‘Multitudes’ es eso mismo, una bonita misiva que recibimos de una buena amiga y que, de vez en cuando, apetece recordar.