Música

Vetusta Morla y Jorge Drexler triunfan compartiendo fórmula (y escenario) en Sonorama

La segunda jornada del Sonorama Ribera presentó tres cabezas de cartel muy diferentes: Jorge Drexler, Viva Suecia y Vetusta Morla. De lejos, los que menos sorprendieron fueron Viva Suecia, lo cual no significa que su concierto no fuera un llenazo absoluto. Jorge Drexler y Vetusta Morla, por otro lado, firmaron los dos shows imperdibles del día.

La inigualable energía de Ginebras se empezó a notar a las 20:30, cuando el sol todavía pegaba. De ahí, que agradecieran constantemente al amplio público que aguantaran el calor junto a ellas. En un momento dado, obviamente justo antes de tocar ‘En Bolas’, hasta propusieron que todo el mundo se quitase la ropa. Creo que nadie lo hizo, pero ganas no faltaron.

Llegados a este punto, un concierto de Ginebras es una apuesta segura. Si no es por su gran repertorio, con temas como ‘Billie Max’ o la gran ‘Alex Turner’, te convencerán por su naturalidad o por versiones como aquella de ‘Con Altura’. Su caso es para estudiarlo: “El año pasado en la Plaza del Trigo y este año en el escenario principal”, gritó Sandra, despertando un enorme clamor de la audiencia. Luis Albert Segura, de L.A., presentaba el caso contrario: “Llevamos aquí cinco veces y no hemos tocado en el escenario principal”, aunque le quitaba hierro al asunto afirmando que “aquí es mejor porque estamos más cerca”.

El grupo mallorquín, conscientes del paso del tiempo (“Hace 10 años nos habríamos saltado el protocolo, pero ahora tenemos hijos”), devolvieron al pasado a todos los presentes con la fan favorite de ‘Stop The Clocks’. Y quien estuviese simplemente de paso, seguro que le convencieron con la versión final de ‘Girls Just Wanna Have Fun’: “Esta canción es solo para vosotras”, exclamó Segura.

Gloria NM

Ya sabemos que Viva Suecia está en su mejor momento, que ‘El Amor de la Clase Que Sea’ es un éxito rotundo y que sus conciertos siempre son auténticos eventos colectivos, sea el festival que sea. Y más en estos casos en los que no queda ni un abono sin vender. Eso sí, quitando el invitado que suelen sacar para cantar ‘El Bien’, los murcianos no son mucho de sorpresas. Si has visto un concierto suyo, los has visto todos. Siempre van en su línea, pero, ojo, ya les gustaría a muchos ir en esta línea.

El comienzo con ‘No Hemos Aprendido Nada’ es un tone setter magnífico y temas como ‘La Voz Del Presidente’ o ‘Algunos Tenemos Fe’ no fallan en maravillar. Pocos grupos pueden conseguir que la energía de la última fila sea prácticamente la misma que en la primera, y esto también es una constante con Viva Suecia. Ginebras tuvieron su momento de gloria cuando salieron para tocar ‘El Bien’, el cual también es siempre uno de los grandes momentos del directo de los murcianos. En este caso, con susto incluido, después de que tuviesen que reiniciar la canción por una incidencia entre el público. Al final no ocurrió nada, soltaron los fuegos artificiales y todo el mundo contento.

Los conciertos de Jorge Drexler y Vetusta Morla tuvieron mucho en común, más de lo que parecería en un principio, y de esto es responsable un hombre llamado Carles Campón. Productor de los últimos discos de ambos artistas y encargado de la dirección artística y técnica de sus conciertos, Campón consigue darle otra dimensión a las canciones, que resulta en dos conciertos con la misma raíz, pero con distinta flor. Pucho de Vetusta Morla lo describió como “una estrella, una leyenda viva”.

Rodrigo Mena

Con Jorge Drexler, acompañado por sus coristas y su gran banda, nos encontramos un precioso recital de temas que unen el pasado con el presente y que presenta algunas de las mejores cualidades que un directo puede tener. Es un show variado y estimulante, manteniendo al público enganchado e interesado en todo momento gracias al gran repertorio y a la frescura de sus renovadas versiones en vivo. Entre esto y la propia figura de Drexler, la voz de la experiencia, el éxito está asegurado.

La mano de Campón brilló en canciones como ‘La edad del cielo’ y ‘Todo se transforma’, ambas con un registro más electrónico y discreto a la vez. Por otro lado, tenemos los momentazos de guateque de ‘Tocarte’ y ‘Sea’, esta última dedicada a Mercedes Sosa. En cuanto al propio Drexler, tiene la actitud que me imaginaba de antemano. Es calmado, sosegado y difícilmente se le borra la sonrisa de la cara. Uno de los momentos más emocionantes que regaló ayer al Sonorama vino con ‘Bolivia’ y con la historia de cómo su familia se vio obligada a echar raíces en “el país más pobre de Latinoamérica” tras escapar de la Alemania nazi: “Estoy cantando aquí con ustedes gracias a este acto”, exclamó Drexler emocionado.

Diego Santamaría

Por otro lado, si alguien pensaba que Vetusta Morla serían un coñazo en directo, la banda madrileña no tardó en sacarles de su error. Estos presentaron unas versiones mucho más cañeras de su repertorio y un apartado visual único hasta ahora en el festival. Al menos, yo no he visto a ningún otro grupo en Sonorama que tuviese tal cantidad de filtros, y no modestos, para las pantallas grandes. En temas como ‘Rey sol’, ‘Valiente’ o ‘Sálvese quien pueda’ es donde más se nota este cambio de ritmo respecto a las versiones originales. ‘Valiente’ ya era de lo más enérgico del debut, pero es que ayer cuando sonó lo que pedía el cuerpo, y lo que hizo absolutamente todo el mundo, era botar.

La aparición de Jorge Drexler en ‘Finisterre’, el breve homenaje a Sixto Rodríguez y su ‘Sugar Man’ en la intro de ‘La Vieja Escuela’ y, por supuesto, el himno que es ‘Copenhague’ (¿Quién no se sabe esta canción?) fueron algunos de los mejores momentos musicales del directo. Además, para esta última no tuvimos que esperar hasta el final del show, lo cual siempre es refrescante.

Respecto a los aspectos extra musicales, lo que más me sorprendió fue Pucho. Vamos, fue de lo mejor del concierto. Si con Drexler recibí lo que me esperaba, con él todo lo contrario. Parece mentira que pueda cantar como lo hace con todo lo que se mueve en el escenario. Serán prejuicios o algo, pero me esperaba que fuese más comedido, como tu típico cantante indie, y nada que ver. No paró de bailar de todo tipo de formas extravagantes, recordando en muchas ocasiones al hilarante David Byrne de ‘Stop Making Sense’. Lo único que eché en falta en el concierto fue más volumen, sobre todo para el micrófono de Pucho. No todo podía ser perfecto.

Mientras Sidonie cantaban en el escenario grande sobre el regreso del CD, Morreo estaban en el pequeño mirando hacia el futuro. Empezando con ‘Pansequito’ y con “una ansiedad que te cagas” tras haberse roto un instrumento antes de salir, los andaluces José Carlos Luna y Germán Marchena estaban dispuestos a olvidar las penas con su reivindicación moderna del pop sesentero. Tocaron para una audiencia humilde, pero entregada. Tal y como recordaban Lori Meyers el primer día, “nunca hay que dejar de ver a los grupos pequeños”. Morreo son el perfecto ejemplo, porque tienen todo el potencial para ocupar los grandes escenarios en un futuro. Tienen un sonido potente, la energía adecuada y un repertorio que, aunque no es muy extenso, tiene joyas como ‘Hola, Corazón’, ‘Pesadilla Pop’ o la reciente ‘LAS 12’, una versión pasada por disco del hit de Ana Mena.

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Publicado por
Gabriel Cárcoba