Un mes después de que tres bailarinas denunciaran a Lizzo por acoso sexual y por crear un ambiente de trabajo hostil, entre otras cosas, la cantante recibe la denuncia de otra persona que ha trabajado estrechamente con ella, su modista.
La diseñadora Asha Daniels ha demandado a Lizzo y a otros miembros de su equipo alegando que la autora de ‘Truth Hurts’ le ha sujeto a situaciones de «bullying» y de acoso sexual y racial, y que ha creado a una «cultura de trabajo insegura y cargada de sexo». Entre las personadas demandadas se encuentra la encargada del vestuario de Lizzo, Amanda Nomura.
En un comunicado, Lizzo negó las acusaciones iniciales del mes pasado. La artista declaró: «Soy muy abierta con mi sexualidad pero no puedo permitir que la gente use esa expresividad para pintarme como alguien que no soy. No hay nada que me tome más en serio en este mundo que el respeto a las mujeres». Lizzo no se ha pronunciado sobre la nueva querella por el momento.
Curiosamente, la noticia de la denuncia a Lizzo coincide con el premio Humanitarian Award de Quincy Jones que la cantante acaba de recoger en la gala de la Black Music Action Coalition celebrada el jueves por la noche en Los Ángeles. Allí, Lizzo ha agaradecido el galardón afirmando que «ha llegado a tiempo» porque «realmente lo necesitaba».