‘El Exorcista’ no necesita carta de presentación, pero quizás su saga sí. Si la original está considerada por muchos como la mejor película de terror de la historia, su secuela, ‘Exorcista II: El Hereje’, puede “presumir” de estar considerada como la peor secuela de la historia, y una de las peores películas de la historia en general. La saga es irregular incluso en su consideración como saga: ‘The Ninth Configuration’ no fue una secuela oficial pese a estar dirigida por el propio autor de la novela William Peter Blatty. ‘El Exorcista III’, también de Blatty, es una obra maestra del terror que recomiendo siempre que puedo (espero parecerme a Dahmer solo en eso), pero que de secuela de ‘El Exorcista’ tiene poco.
Y de ahí se pasó directamente al circo de las precuelas a principios de siglo. Cancelaron la de Paul Schrader pero, tras el fracaso de la de Renny Harlin, se animaron a estrenarla a ver si funcionaba mejor (no ocurrió) y, una década después, llegó una digna serie de televisión que no terminó de enganchar al público. A todo este caos solo le faltaba un reboot, y ‘El Exorcista: Creyente’, que se estrena 50 años después de la original, es un poco eso. Pero mal.
David Gordon Green ha sido el encargado de poner en marcha un ambicioso proyecto: 400 millones de dólares es lo que le costó a Universal comprar los derechos de la saga. Y no estaban dispuestos a gastar mucho más, así que el proyecto fue a Blumhouse (acostumbrados a hacer malabares con el presupuesto) y se planteó hacer un reboot no en sentido narrativo pero sí comercial: ‘Creyente’ es una secuela directa de la primera película, ignorando el resto, y a su vez es la primera de una nueva trilogía ya confirmada. Hay que amortizar. Gordon Green, que viene de revitalizar comercialmente la saga ‘Halloween’ (y enfadar a sus fans), ha vuelto a recurrir a la vuelta de un personaje mítico para llamar la atención sobre la saga, consiguiendo que Ellen Burstyn (Chris MacNeil, la sufrida madre de Regan) aparezca por primera vez en una secuela de ‘El Exorcista’.
Pero Burstyn, de las pocas actrices nominadas al Oscar por una película de terror, está totalmente desaprovechada aquí; un cameo como guiño habría sido más digno. Porque, al contrario que Jamie Lee Curtis en las nuevas ‘Halloween’, a Chris MacNeil no se le da un papel central ni sirve como puente entre generaciones, sino como una especie de fanservice mal manejado. Puede merecer la pena por el enfrentamiento con la niña y cierto reencuentro final, pero en general su paso por la película está metido con calzador. Porque la historia de la película realmente es otra… que tampoco funciona. Básicamente tenemos a un padre, preocupado por el repentino cambio de comportamiento de su hija tras perderse en el bosque con una amiga, que decide buscar la ayuda de Chris MacNeil, reconvertida aquí en una “experta en exorcismos” como si la saga quisiera su propia Laurie Strode. Una idea arriesgada que podría funcionar si se siguiese adelante con ella pero que, cómo no, se abandona.
Está claro que intentar un reboot de ‘El Exorcista’ es una tarea de lo más difícil, como intentar hacer una historia a la altura. Pero, si sabes que copiar lo original no es buena idea, puedes apostar por un enfoque distinto y estimulante, que consiga aterrorizar aunque sea por otras razones. Y no. Gordon Green parece confiar más en ideas sueltas (“vamos a meter el terremoto de Haití para que el protagonista pierda la fe”, “vamos a meter una mujer exorcista”, “vamos a meter un doble exorcismo”, “vamos a meter diversidad”) que en armarlas y construir algo que tenga entidad propia.
Los personajes, incluidos los interpretados por Leslie Odom Jr. (‘Hamilton’) y la en otros momentos terrorífica Ann Dowd (‘The Leftovers’, ‘Hereditary’), tienen la profundidad de un charco y el carisma de un anuncio de Vitaldent (en la “entrada épica” hacia el final de uno de los personajes nuevos la reacción de la sala fue más un “será verdad, po dame fuego”), y, sí, lo que podíais pensar: la película NO da miedo. Por momentos, da hasta risa.
Por tanto, sí, para mí ‘El Exorcista: Creyente’ es la peor entrega de la saga, y no da buenos presagios para la trilogía, aunque se estén rumoreando cambios. La muy fallida ‘Exorcista II: El Hereje’ puede ser una fumada, pero una fumada con entidad propia (hay quienes la consideran incluso una película de culto). Lo que le ocurre a ‘Creyente’ es peor: no es que sea demasiado mala, es que es demasiado olvidable. No tiene una sola escena que perdure o de verdadero terror (incluso la de la iglesia se queda a medias), resulta intrascendente, vergonzosa cuando intenta ponerse elevada (ese discurso final) y, por momentos, hasta aburrida. “Mi película insignia está a punto de ser ampliada por el hombre que hizo ‘Superfumados’. No quiero estar presente cuando eso suceda, pero, si hay un mundo espiritual, planeo poseer a David Gordon Green y hacer de su vida un infierno” dijo William Friedkin, tristemente fallecido este año. Podemos comprenderle.