Sampha ganó el Mercury Prize en 2017 con ‘Process‘, su debut. Después, seis largos años han pasado hasta la noticia de la llegada de ‘Lahai’, su segundo trabajo, a la venta este viernes 20 de octubre. En todo este tiempo, Sampha no ha estado en absoluto desaparecido, pues ha colaborado en los últimos discos de Kendrick Lamar, Alicia Keys o Stormzy, pero no es nada habitual que un ganador del Mercury -o un artista en general- tarde tanto en publicar nuevo disco.
El cantante británico, conocido por su melosa voz y por su enriquecedora mezcla de soul, pop y electrónica, ha sido padre y, además, ha adquirido una visión espiritual de la vida y la existencia. Estos temas atraviesan ‘Lahai’ y también aparecen en nuestra conversación con el músico, que reflexiona sobre su propia popularidad y sobre la demora de su nuevo disco, muy esperado mientras prestaba su voz a una serie de grandes superestrellas.
¿Qué sientes al publicar este disco después de tantos años?
Ha pasado mucho tiempo, me he olvidado un poco de la sensación de promocionar un disco (ríe). Estoy un poco oxidado.
¿Lo echabas de menos?
En algunas cosas sí, en otras no, pero está bien.
¿Te parece más fácil escribir canciones que hablar de ellas?
Definitivamente. Aunque me gusta hablar de ciertas cosas porque me ayuda a entender mi propia perspectiva.
¿Qué quieres transmitir con este disco? ¿Qué historia quieres contar al mundo?
No he pensado tanto en el mundo al hacer el disco. Los temas del disco me han venido de la improvisación, realmente, a veces intentando poner palabras encima de la instrumentación. Es una historia personal, de búsqueda, y creo que la gente puede conectar emocionalmente con él.
Tu disco anterior estuvo marcado por la pérdida, no sé si esta vez querías dejar este tema un poco atrás. Al final este disco va sobre el amor…
No es que quisiera dejar el tema atrás, al final el duelo es un proceso que dura toda la vida, que cambia y muta, y la pérdida es parte de la vida. Pero creo que madurar significa aprender a reaccionar a la pérdida de manera diferente, o más sana, verla, quizá, como una parte de la existencia que también puede ser bella. Tener una visión más cósmica de estos diferentes aspectos de la vida, ver más allá de mi propia perspectiva, puede ser algo trascendental.
«Creo que madurar significa aprender a reaccionar a la pérdida de manera diferente, o más sana»
¿Tu paternidad ha inspirado el disco?
Precisamente la paternidad ha hecho que salgan a flote esos sentimientos de duelo. Nunca he tenido directamente ningún contacto metafísico o presencia delante de mis ojos, pero puedo sentir a mis padres en el ambiente, incluso dentro de mí mismo. Siento que yo soy yo mismo, pero la tecnología del cuerpo es muy antigua. A veces trato de mirar atrás, apreciar nuestra historia desde un punto de vista antropológico.
¿La historia de Jonathan L. Seagull atraviesa el disco? Este es el título de una de las canciones.
Ha sido una cosa más excepcional. Es como un recuerdo abstracto, la letra es una improvisación, la música es impresionista. El título lo improvisé, pero no leo ese libro desde que tengo siete años. Me lo leía mi hermano antes de irme a dormir, y estaba pensando en que ahora soy yo quien hace eso con mi hijo. Aprender que como padre también aprendes de tu hijo: la nutrición es mutua.
Eres muy conocido por colaborar con diferentes artistas. ¿Este disco celebra la comunidad?
‘Process’ salió hace ya 6 años. ¿En qué periodo de tiempo empiezas a escribir este nuevo disco?
Diría que empecé a escribirlo hace dos años y medio.
¿La gente se pensaba que estabas retirado?
Sí, mucha gente se sorprende de que siga haciendo música.
Pero aún has seguido apareciendo en discos superventas, de Kendrick Lamar o Stormzy. ¿Estas colaboraciones han mantenido tu interés por mantenerte en el foco público, o las has hecho más bien por diversión?
La mayoría de veces que colaboro con artistas lo hago porque respeto a estos artistas. No voy a rechazar colaborar con Kendrick Lamar. Digamos que ser artista solista tiene sus cosas, hay cosas que disfruto, otras que no…
¿Nunca te sentiste presionado a sacar un disco rápidamente después de ganar el Mercury?
Quizás, un poco, pero en ese momento mi vida quizá no iba por ese camino… No quería asumir nada de mi carrera musical. Quizá he tenido que ajustar mis expectativas, pensar si realmente quiero ser un artista más popular, tener una casa más grande…
“Quizá pude haber sido más popular, estar más presente en la cultura… Es arriesgado desaparecer y no publicar nueva música, pero la música no se puede forzar»
¿Hubo un momento que quisiste eso, y después no?
La música no se puede forzar. Quizá pude haber sido más popular, estar más presente en la cultura… Es arriesgado desaparecer y no publicar nueva música. De repente vuelvo y no sé cuánta gente se acuerda de mí. Habrá toda una generación de oyentes que no saben quién soy. No quiero confiar demasiado y dar ciertas cosas por hechas. El mundo sigue rodando, está bien adaptarse a una nueva situación.
¿Has notado que la gente te ha esperado?
Sí, me gusta saber que hay gente ahí afuera escuchando. Es importante como músico tener el ego en regla porque puede crecer muy rápido, sobre todo en la época actual donde los números importan tanto.
Volviendo al disco: 14 cortes, la instrumentación es muy rica. He leído que eres detallista. ¿Hasta el punto de ser perfeccionista?
Algunas veces sí, otra no. Me gusta fluir, no ser tan perfeccionista. Me gustan los sonidos metronómicos, no salirme del patrón, pero también soy muy experimental, mucha música que escribo nace de la prueba y error, me gusta construir una casa entera y después derribarla, que solo quede un ladrillo y reconstruir la casa a partir de ese ladrillo. En el proceso creativo puedo ser muy particular con mis cosas, rígido incluso, pero también puedo fluir. Aunque siempre soy persistente con mi objetivo.
¿Cuál es el simbolismo de la portada? Me parece preciosa…
Uno de los símbolos es el reflejo, la idea de reorientarte a ti mismo, ganar una perspectiva diferente. Por otro lado, en la imagen miro desde arriba un espejo, y la mujer está estirada en el espejo y a través de su reflejo se puede ver que está sonriendo. Esto es una referencia al realismo mágico negro, desde mi punto de vista. Hay un elemento de naturaleza. Quería hacer una portada atemporal, como de los años 70, pero que reflejara la variedad de mis influencias.