‘1989’ es uno de los discos más queridos de Taylor Swift. Fue el proyecto con el que dejaba atrás definitivamente el country y se erigía como una auténtica estrella del pop, por lo que hizo que su número de fans incrementara aún más. El éxito de la cantante parece no tener techo, pues con cada sencillo, cada nuevo álbum y, ahora, con cada regrabación, logra unas cifras que no están al alcance de prácticamente nadie.
Si de algo están sirviendo las “Taylor’s Versions” es para acercar su música antigua al público que la ha descubierto más tarde, haciendo que así los deberes swifties sean mucho más llevaderos y emocionantes. Esta misión tan ambiciosa de recuperar los másteres de todo su catálogo tiene mucho de hazaña épica pero también algo de farragoso. En el nuevo ‘Speak Now’ se notaba cierto agotamiento de la idea, por el contrario, ‘Fearless’ y ‘Red’ salieron victoriosos expandiendo sus universos. Aun así, si valoramos un disco al completo, siempre son las versiones originales de estos las que ofrecen la mejor experiencia en general. Es inevitable que la concepción de la idea inicial, con un número restringido de canciones, funcione mejor como conjunto que agregándole una colección extra de composiciones descartadas, pero no deja de ser todo un regalo para los aficionados revisitar junto a Taylor esas eras con las que tanta gente ha crecido.
En esta vuelta al pasado, ‘1989’ no juega con el factor sorpresa, pero sí llega con una suerte de estatus de culto. Algunos de los éxitos de este disco aún suenan todos los fines de semana en discotecas de todo el mundo como ‘Shake it Off’ o ‘Blank Space’ y otros, como ‘Style’ o ‘Out of the Woods’, han ido con el paso de los años haciéndose un merecido hueco entre lo más reputado del repertorio swiftie. Aun así, lo más llamativo de las regrabaciones son, por supuesto, las canciones “From the Vault”, es decir, aquellas que no lograron entrar en el disco en su momento.
En esta ocasión, hay cinco nuevos temas y, en palabras de la propia Taylor, son sus favoritas de todos los descartes de cualquiera de sus discos. Una opinión que suena un pelín exagerada teniendo en cuenta que las de ‘Red’ son mucho más interesantes, pero respetable teniendo en cuenta que son bastante dignas. Algunas de ellas pecan de tener una producción donde se hace demasiado evidente el efecto ‘Midnights’, como la simpática ‘Now That We Don’t Talk’ y, especialmente, ‘Suburban Legends’, el corte más flojo de los cinco.
En ‘«Slut!»‘, la influencia de este último álbum también está presente, pero encaja más en el universo ‘1989’ recordando a alguno de sus medio-tiempos como ‘Clean’ o ‘This Love’. Mucho más destacables son ‘Say Don’t Go’, que cuenta con un gran estribillo y está llena de esa poesía romántica y dramática suya tan característica (“¿Por qué quieres hacerme que te desee? / ¿Por qué tienes que no darme nada a cambio? / ¿Por qué tienes que hacer que te quiera?”); e ‘Is It Over Now?’, una luminosa composición con centelleantes sintetizadores y una melodía contagiosa que cierra el disco en un punto álgido.
En cuanto a las ya conocidas, como siempre sucede con las regrabaciones, algunas pierden parte de la frescura de la original. Precisamente, el synthpop de ‘Style’ sale perjudicado con respecto a su sobresaliente versión anterior, ya que ni la voz ni la instrumentación poseen la fuerza que poseía aquella. Algo similar ocurre con ‘Welcome to New York’, que ahora da una bienvenida a ‘1989’ mucho más tímida que en 2014. Por suerte, hay muchos cortes que suenan igual de bien o incluso mejor, como el macrohit ‘Blank Space’, ‘All You Had to Do Was Stay’, ‘Wildest Dreams’ o ese himno millennial que es ‘New Romantics’.
En términos generales, ‘1989’ continúa siendo un gran disco pop eufórico y divertido, producido con mimo y con una visión y sensibilidad notables. A diferencia de mucho del pop comercial de principios de los 2010s, aguanta el paso del tiempo sin ninguna dificultad. No es un álbum perfecto, pues nunca lo fue: ahí están las horteradas ‘Shake it Off’ y ‘Bad Blood’ para impedirlo, pero tampoco se puede negar que resultan hasta simpáticas. Con sus defectos y virtudes, es un placer volver a él en 2023 con un par de estupendas “bonus tracks” y disfrutar de su energía alegre como si fuera la primera vez.