Jordan Boyd es una cantante de Palma de Mallorca que lleva publicando música desde hace unos pocos años. Jordan se dio a conocer, como tantos otros artistas, versionando éxitos ajenos: ‘Cuéntaselo a otro’ de Rels B, ‘Arde’ de Aitana o ‘Te Amo’ de Piso 21 y Paulo Londra se encuentran entre los covers que forman parte de su repertorio publicado hasta ahora.
En sus composiciones originales, Jordan Boyd ha ido buscando su sonido. En ‘Dime la verdad’, su canción más escuchada, ofrecía una balada de R&B con guitarra acústica que podía recordar a Jorja Smith. Es un sonido que sienta bien a su voz y que Jordan seguía explorando en singles como ‘Dónde estabas’. Después, ‘Media vuelta’ se atrevía con la bachata.
Poco a poco, el potencial de Jordan Boyd se ha ido haciendo más evidente, sobre todo, en otros singles sueltos igualmente recomendables como ‘Desconectar’, que suena a ese C. Tangana que aún vivía a medio camino entre ‘Ídolo’ y ‘El Madrileño’, y ‘Dime cómo hago’, donde la electrónica de club se imponía de verdad, marcando el camino de lo que ha venido después.
Nos referimos a ‘Necesito espacio’, un nuevo epé de Jordan Boyd publicado estos días bajo el paraguas de la distribuidora OneRPM, y que contiene tres canciones. En este epé, Jordan ha trabajado evidentemente un concepto centrado en el «espacio», pues los títulos de estas tres pistas miran más allá de la atmósfera: ‘Modo luna’, ‘Eclipse’ y ‘De sol a sol’ comparten más cosas, en especial, su interés por los sonidos trance y electrónicos.
Los sintetizadores inspirados en el trance se hacen notar ya en ‘Modo luna’, una canción que precisamente busca «desconectar» del móvil y emprender un viaje de autoconocimiento espiritual, sirviéndose por supuesto de esa electrónica que te hace volar. En ‘Eclipse’ el riff trance hipnotiza como el de ‘My Love’ de Justin Timberlake, volviendo de nuevo al club. Y en ‘De sol a sol’ el nombre de Flume viene a la mente en cuanto se deja caer el primer beat. Zeper, L14M o Drunk and Drops se encuentran entre los productores con los que Jordan Boyd busca su «espacio».