Música

Sleater-Kinney / Little Rope

En el perfil que el New York Times elaboraba el verano pasado sobre Olivia Rodrigo, Sleater-Kinney eran mencionadas como influencia, junto a otras riot-grrrls como Bikini Kill. Si hubiera algún tipo justicia en el mundo, la banda de Corin Tucker y Carrie Brownstein tendría al menos el 1% de oyentes mensuales que la autora de ‘Guts‘, pero Donald Trump puede ser reelegido presidente en 2024, así que no le pidamos peras al olmo.

Al menos mientras siga habiendo medios de comunicación especializados, un disco de Sleater-Kinney seguirá siendo un acontecimiento. Uno con el que preguntarse por los males sociales de cada tiempo, como en este ‘Little Rope’ hace el tema dedicado al activismo (‘Crusader’), un alegato contra aquellos que quieren «minimizarnos» y «aterrorizarnos». «Estás quemando todos los libros de la ciudad, pero no puedes destruir las palabras que salen de nuestra boca», dice esta letra de un disco en parte combativo, que finalmente no habla de la muerte en accidente de coche de la madre y el padrastro de Brownstein, como se había especulado (apenas ‘Hunt You Down’ toca algo parecido).

La mujer sigue siendo una preocupación fundamental para Sleater-Kinney como siempre ha sido desde los tiempos del lema «girls to the front». Solo que ahora el tiempo ha pasado y es la mujer de «cierta edad», tan invisible, su centro de atención. ‘Say It Like You Mean It’, una improbable prima hermana de esa melodía de los Killers que estás pensando, se crece con su videoclip.

En él, la actriz J. Smith Cameron, muy conocida por su papel en ‘Succession’, bebe, baila, abraza, pelea, monta una escena… sin que nadie le haga ni caso. Y exactamente de lo mismo versa ‘Six Mistakes’, con su momento paranoico, reconociendo Corin Tucker que esta es una temática recurrente en todo el álbum.

La repetición es algo deliberado en el desarrollo de ‘Little Rope’, como lo ha sido en grandes clásicos de Sleater-Kinney como ‘Jumpers’. Cuenta Carrie Brownstein que no quería que ‘Needlessly Wild’ fuera tan machacona en la reiteración de palabras, pero que Corin y el productor John Cangleton concordaban en que era su gracia. Si no insistía en el concepto «eres innecesariamente salvaje» tantas veces como se lo han dicho a ella a lo largo de la vida, estaría creando una realidad alternativa, cuando esos hechos no se han dado.

La producción punk, a veces cercana al blues desértico (‘Hell’), otras veces más trotona (‘Hunt You Down), o ligeramente edulcorada (el piano al final de ‘Dress Yourself’) devanea entre varios extremos. A veces se inspiran como siempre en las guitarras disonantes de Television y Sonic Youth (‘Small Finds’). Otras, como en la bastante comercial ‘Don’t Feel Right’, se han mirado en Tom Petty, porque nadie como él «convierte el desengaño amoroso en algo melódico».

Que Sleater-Kinney puedan terminar una canción como esta con una subida de medio tono y lo que luego parece un guiño a ‘OK Computer’ certifica que el grupo no se acomoda. Quizá no aporte el brío suficiente para despertar a América. Sí para probar que lo que se coció en los años 90 en el underground anglosajón fue cosa seria y es algo vivo aun a día de hoy.

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Publicado por
Sebas E. Alonso