Bad Gyal publica su debut convertida en una de las mayores superestrellas del pop español. Ajena a quienes opinan que en el camino a ‘La Joia’ ha perdido su “esencia”, esa cosa misteriosa, Bad Gyal presenta su faceta “más elevada y reafirmada” en un disco que suena mucho mejor producido que los otros reuniendo otro surtido de hits que solo Alba Farelo podría haber firmado.
En este balance entre comercialidad y riesgo gana lo primero, pero Bad Gyal siempre ha dicho que llegar al mainstream ha sido su objetivo principal, que su intención siempre ha sido que “le guste hasta al que no lo entienda», y si el mainstream en España suena a El Guincho, uno de los productores involucrados, y no a Pablo López o al peor reggaeton posible, yo compro.
Algunas canciones disputan seriamente la idea de que la primera Bad Gyal fuera mejor. El nuevo single, ‘Perdió ese culo’, es un nuevo pepinazo marca de la casa que hace honor a su gancho “cada vez que entro en el club ponen algo mío y suena tan duro”. ‘Mi Lova’ con Myke Towers es otra composición de estructura completamente libre y chula producción donde manda la melodía de una guitarra eléctrica. El afrobeat de ‘Give Me’ suena tan enjoyado como el de Amaarae; el estribillo “él se arrebata viéndolo botar” vuelve a dar en el clavo.
El momento más contundente de ‘La Joia’ lo pone ‘La que no se mueva’, una bomba electro-dancehall que invita a bailar en la discoteca hasta que caiga el último. La intervención de Tommy Lee Sparta, sin embargo, representa la primera de pocas decepciones del disco: ¿por qué suena tan pésimamente producida, como grabada con una patata, la voz de este icono de Jamaica? Nadie lo entiende.
Los desatinos de ‘La Joia’ no tienen que ver ni con la calidad de las composiciones de Bad Gyal ni con el valor de la mayor parte de la producción, sino con un repertorio que se atreve a incluir un tema que tiene ya dos veranos, el house de ‘Sexy’. En realidad, 8 de los 15 cortes de ‘La Joia’ han salido antes del disco. Es verdad que el último par, ‘Bota Niña’ y ‘Give Me’, ha salido en las últimas semanas, pero ‘Sin carné’ es de 2022 y por aquí no pinta mucho: la canción, medio rapeada, es divertida, pero suena improvisadilla en comparación con el resto de pistas.
‘Bota Niña’ con Anitta es otro buen tema de Bad Gyal perfectamente diseñado para el perreo, y el gancho “me pones maluca” es infalible. De los temas antes inéditos de ‘La Joia’ se queda a medio gas ‘Bad Boy’ con Ñengo Flow, una oportunidad perdida de hacer una canción 100% reggae, aquí solo sugerida. ‘Así soy’ es la gema escondida del disco. Junto a Morad, Bad Gyal entrega su canción más melancólica y, por temática y letra, su ‘A quién le importa’ particular.
Entre los hits comercialmente consolidados de ‘La Joia’ destaca el remix de ‘Chulo’ con Tokischa y Young Miko. Mejor que la versión original, el remix encadena una barra genial tras otra que no hace falta citar: sus 250 millones de reproducciones en Spotify hablan por sí solos. El éxito de ‘Chulo’ demuestra que Bad Gyal se encuentra en su mejor momento aunque muchos crean lo contrario: cuando parece que ha vuelto a hacer “la misma canción”, lo peta. La realidad es que, manteniéndose absolutamente fiel a sí misma, Bad Gyal va poco a poco apretando tuercas, dando un paso por delante sin que nadie se dé cuenta. Hasta que le cogen el ritmo, claro.