La estrategia de lanzar secuelas de discos antiguos parece menos habitual en el mundo de la música pop que en el del cine. Pero existen casos. Un ejemplo de enorme éxito es ‘The Marshall Matters LP2’ de Eminem, editado 13 años después del primero. Aunque muchos de esos discos salen inmediatamente después de los originales (‘The Blueprint 2’, ‘The Carter II’), algunos artistas como Miguel Bosé (‘Papitwo’) o últimamente Nicki Minaj (‘Pink Friday 2’) se han valido de esa táctica para intentar reanimar su carrera años o incluso décadas después de lanzar las primeras partes de esos discos.
Jennifer Lopez se ha unido a la tradición publicando la segunda parte de su disco de 2002 ‘This is Me…Then’. El concepto de ‘This is Me…Now’ es exactamente el mismo que el de aquel álbum que regaló al mundo el hit ‘Jenny from the Block’: la relación de Jennifer Lopez con Ben Affleck. “Entonces”, Bennifer se vieron forzados a terminar su relación y a cancelar su inminente boda debido a la presión mediática. “Ahora”, más de 20 años después, han vuelto, se han casado y Lopez vuelve a dedicar un disco al amor de su vida.
Y no solo un disco, pues Lopez ha publicado ‘This is Me…Now’ juntamente con una película musical que narra la historia del disco utilizando una breve selección de las pistas contenidas en el elepé. Una superproducción financiada por ella misma, sobre ella misma, basada en su vida amorosa, completamente surrealista de principio a fin y que, precisamente porque es todo lo palomitera que esperas, logra su cometido de entretener. Algo que no se puede decir exactamente de ‘This is Me…Now’.
El nuevo álbum de Jennifer Lopez presenta un agradecido retorno de la diva al R&B-pop de tintes clásicos que tan bien le ha sentado en el pasado, por ejemplo, en su olvidado disco de 2007, ‘Brave’. En algunos puntos, el propósito de entregar una segunda parte de ‘This is Me…Then’ es tan directo que las influencias se repiten en este nuevo trabajo, pues Luther Vandross inspira ‘To Be Yours’, una de las pistas destacadas, y el uso de violines y arpas en ‘This is Me…Now’ y ‘Rebound’ remite a Minnie Ripperton. También los beats más o menos ricos, pero inofensivos, de ‘Mad in Love’ o ‘Hummingbird’ parten desde donde lo hacía el disco anterior. Hasta hay una “segunda parte” de ‘Ben’.
El single principal de ‘This is Me…Now’, ‘Can’t Get Enough’, no es ‘Jenny from the Block’ ni lo pretende. Pero resulta que es uno de los mejores singles de J Lo en años, una chuchería pop-disco de tonos pastel que refleja perfectamente el momento en el que Lopez se encuentra: ella tiene el corazón contento y en esta canción se nota.
‘Can’t Get Enough’ tiene muy poco que ver con el resto de ‘This is Me…Now’, que se centra en el R&B de principio a fin. Pero, aunque el sonido de ‘This is Me…Then’ era igualmente pastel y vainilla, el disco cumplía entregando una colección de canciones cálidas y reconfortantes a las que volver de vez en cuando, puro “comfort food” musical que se enorgullecía de ser cursi y ñoño, pero con el valor añadido de que algunas canciones podían presentar melodías tan atractivas como la de ‘Still’, tan bonitas como la de ‘Ben’, o que directamente eran escalofriantes: ‘Again’ sigue siendo uno de los mejores deep cuts de Jennifer Lopez, tantos años después.
La producción de ‘This is Me…Now’ no es tan blandita como la de aquel álbum, pero esta vez el músculo melódico de Jennifer Lopez suena realmente debilitado. Hay momentos atractivos: ‘This is Me…Now’ es un buen single que, recordando “todos los desastres” que “Bennifer” han superado, samplea ‘Cry Me a River’ en sus segundos finales. En ‘To Be Yours’, Lopez vuelve a sumirse en la promesa del amor eterno, actualizando dignamente el sonido del disco anterior. ‘not.going.anywhere’ es una carta de amor cantada con todo el gusto que Jennifer Lopez le pone a este género.
Pero las canciones de ‘This is Me…Now’ se van sucediendo planas e insípidas tan pronto como en ‘Mad in Love’. Demasiado pronto empiezan a confundirse unas con otras. En ‘Rebound’, que cuenta con la extraña participación de Anuel AA, parece emerger un single potencial, mejorado, por cierto, por su inclusión en la película, pues suena en la mejor escena. Pero ni ‘Dear Ben Pt. II’ te “abruma” de amor, ni el beat atareado de ‘Hummingbird’ descubre una canción mejor. Y, la verdad, cuando Jennifer Lopez se pone intensa cantando baladones para los que carece realmente de voz, no da sus mejores momentos. ‘Broken Like Me’ es el enésimo ejemplo.
En un disco tan deliberadamente autobiográfico (uno de los temas recuerda explícitamente la boda de Lopez y Affleck en Las Vegas), Jennifer Lopez entrega una colección de canciones admirablemente honesta, donde su fe en el amor eterno está siempre en el centro. En ‘This Time Around’ así lo expresa cuando canta que “esta vez lo nuestro durará para siempre”. Pero la falta de ambición en las melodías está arrastrando el disco hacia un fracaso comercial que se está reflejando en sus pobres streamings, en absoluto propios de la que se supone una de las grandes reinas del pop internacional.