La tercera edición de Beniform Fest ha devuelto la ilusión al concurso mandando a Eurovisión un himno que se ha infiltrado en la conversación social, ‘Zorra’, y descubriendo también una serie de talentos que seguir de cerca. Es el caso de st. Pedro. Su propuesta era tradicional y baladesca, pero las cuerdas de ‘Dos extraños’, escalofriantes en el momento en que hacen su primera entrada en la canción, hacían pensar que España podía enviar un bolero a Eurovisión y quizá ganar.
Hoy es evidente que ‘Zorra’ era la mejor opción. st. Pedro llevaba una canción preciosa, pero el paso de ‘Dos extraños’ al directo -decepcionante tanto en el apartado escénico como en el vocal- ni reafirmó a sus fans, ni convenció a escépticos. Aún así, st. Pedro quedó segundo en la final, principalmente gracias a los votos del jurado, enemigo número 1 de Jorge González.
st. Pedro no ha querido perder el tren y ha publicado álbum pocas semanas después del Benidorm Fest. ‘Esta vida que elegí’ es un estupendo segundo disco que ejerce como debut al gran público de st. Pedro (su debut real es un disco de canciones navideñas) en el que el canario Pedro Hernández, quien ya había pasado por La Voz, y después ha desarrollado su talento durante cuatro años en Miami junto a Rebeca León, ex-mánager de Rosalía, repasa los vaivenes de su vida valiéndose con gran habilidad de diferentes sonidos y ritmos de la música latina tradicional.
La propuesta de st. Pedro, dentro de su afán tradicionalista, es digerible y comercial, en absoluto ambiciosa ni rompedora, pero lo que hace st. Pedro lo hace bien. Hernández defiende todos los estilos a los que se enfrenta, pues tiene la voz para ello. Una voz que transmite bordando la bachata mezclada con merengue en ‘No es lo que toca’, la ranchera en ‘La pistola’, la salsa a lo Héctor Lavoe en ‘El perdón’, o la balada en ‘Romance’. Cuando las composiciones aflojan, como en ‘La pena’ o ‘Tango del cora’, su voz las rescata. En un punto medio, el merengue de ‘El idiota’ cumple su cometido de animar la segunda parte del disco, aunque, como single, no es de lo mejor.
Pero st. Pedro demuestra que sabe lo que hace, sobre todo, dando más sentido al disco del que esperas. No gracias a la portada (o sí, la del segundo será mejor por defecto). En este caso, abriendo el repertorio con una versión inédita de ‘Dos extraños’ en la que las trompetas sustituyen a las cuerdas. Después de machacar durante meses la versión orquestada del Benidorm Fest, enfrentarse por sorpresa a una versión diferente de la canción, instrumentada con el mismo gusto, es básicamente un regalo. Y que el disco se cierre precisamente con la versión a ‘Cuarteto de cuerda’ reconforta, como volver a casa después de un largo viaje.
El disco de st. Pedro luce también gracias a unas letras que, co-escritas por Ioné de la Cruz y Nelson Hernández, son romanticonas y dolidas, pero también respetuosas de lo clásico, poéticas. Digamos que, cuando Hernández canta cosas como “tengo en el pecho una pistola que cada vez que se enamora solo hace daño, cada vez que combustiona pido a Dios que sea mi hora, porque ya no aguanto”, te imaginas a sus referentes cantándola sin problema. Eso sí, como esa rima «Inventamos una historia y la creímos / Pasaron años, nos quisimos / Nos hicimos tanto daño / Y ahora somos dos extraños», por aquí, no hay (casi) nada.