Delaporte visitan nuestro podcast REVELACIÓN O TIMO, en teoría para hablar de su nuevo álbum ‘Aquí y ahora‘, el más macarra de su discografía o -como nos pusieron en un comentario y a Sandra le gustó mucho-, el más «visceral». El dúo ha escrito este disco a modo de terapia y rápidamente la conversación se transforma en una ágil charla sobre salud mental, gentrificación, espiritualidad, retiro, industria musical y techno.
Concretamente, Sandra coge el toro por los cuernos para hablarnos del momento en que pinchó por completo y decidió cambiar Madrid por un pueblo en los Pirineos: «Necesitaba parar. Ahora estoy intentando hacer las paces con Madrid, porque me recuerda a algo traumático, a mi crisis de ansiedad. Coincidió con una crisis muy dura en la post-pandemia. Teníamos que hacer todos los festivales del mundo por lo que habías firmado en 2019, por movidas de booking. Y llegó el punto de decir «no quiero dedicarme de la música, paso». Le dije a mi mánager: «Me voy de Madrid». Cundió el pánico, casi le da un parraque. A Sergio le dije: «No sé si me quiero dedicar a esto porque no estoy bien de la cabeza. Yo no quiero ser famosa, yo no quiero nada más que estar bien conmigo misma. Lo demás me la bufa. En ese momento decidí quitarme la culpabilidad del «tengo que», del wannabe. Yo tenía una pedrada fuerte, de compararme [con los demás] en redes sociales. Dije «me voy, no quiero redes sociales». Voy a estar meses sin ver a nadie, no quiero saber nada ni de la música que sale, ni de los artistas que «dicen que», es irrelevante. Esto no es verdad. Esto para mí es veneno. Me fui y fue lo que más me ha honrado a mí misma».
Preguntada sobre si recibía mucho odio en las redes, matiza: «No era hate. Lo que me hundía a mí misma era compararme yo. Sentir que no era suficiente, que los temas no eran suficiente. Componer en base a resultados y a lo que crees que va a gustar, en lugar de honrarte tú y hacer lo que te sale del chumino. El otro día vi una cosa que me encantó: hacen experimentos con pájaros, les ponen huevos vistosos de madera, más bonitos, increíbles. Y eso hace que desestimen sus huevos, e incluso los tiren, y se queden con los huevos de madera. Para mí Instagram era eso. Yo podía estar conectada conmigo misma, pero veía cosas que hacía que no importara. Al no quererme yo, al no tener amor propio, necesitaba el reconocimiento ajeno para yo sentir que era suficiente. Era fácil caer en el wannabe, en el «quiero ser», «quiero gustar». Yo sentía que el éxito era que la gente hablara de ti. Ahora que amo la vida más, veo que el éxito es estar bien y lo demás da completamente igual».
En otra parte del podcast, Sandra habla sobre el proceso creativo en relación con ese momento de bajón: «A veces siento que estoy en el pozo porque cuando estás en estado de éxtasis, en el amor o en un concierto, es el estado más vulnerable en el que te encuentras. Si en ese estado recibes una noticia mala, o una crítica, te afecta mucho más. Y es más fácil que te lleve directamente al pozo (…) Y hay una cosa buena: cuando estás muy en el pozo, si aprendes a sacar ventaja de eso, es más fácil conocerte y desde ahí, desde esa comprensión, entregar lo que eres. Desde que yo he estado muy mal, gracias a esto, he empezado un proceso. Antes no terminaba las composiciones, era más insegura, estaba en relaciones tóxicas, disfuncionales… Que he exagerado que flipas porque soy un poco dramas. Pero gracias a ese proceso, he llegado a un lugar de conocerme, de introspeccción, de poder estar en absoluta soledad, de vivir en el monte, y poder ponerme a componer techno, bandas sonoras… He estado creativa gracias a abrazar esa parte tan negativa. Del fango sale mucho».
Aunque no lo parezca, este es uno de los podcast más divertidos que hemos grabado. En él sacamos punta al dicho «¿Un clavo saca otro clavo?» que inspira el single ‘Me la pegué’, hablamos del desfase en que se han convertido los conciertos de Delaporte, y es Sergio quien nos da el gran titular, dada la disposición del público hacia el pogo incluso desde antes de empezar: «¡¿Al final de gira va a haber orgías?!». Recordamos el podcast «Música para follar» en el que ya participaron Delaporte, hablamos de estimuladores de clítoris que se conectan a Spotify, y también del Sónar, de Fred again.. y de Kae Tempest, entre otras cosas.
Reflexionando sobre lo que es arte y lo que no (¿puede serlo un podcast?), Sergio nos indica que «se da demasiada importancia a la palabra «arte»» y considera que «lo único que lo distingue es la cantidad de gente que lo considera tal». Os recordamos que Claudio y yo estaremos este jueves 7 de marzo en la Sala El Sol de Madrid presentando un podcast en directo con público, reflexionando en este otro caso sobre el fenómeno fan. Las entradas están a la venta.