Quizá nadie recuerde que en junio de 2013 anunciamos un disco en solitario de Beth Gibbons. La artista fichaba por Domino. Hacía 5 años del que era y sigue siendo el último álbum de su banda principal, Portishead, ‘Third‘. Ni los más pesimistas adivinarían que una década más habría de pasar para que el álbum por el que se firmaba un contrato discográfico fuera una realidad.
‘Lives Outgrown’ y no otra es la obra que se manejaba entonces. Domino explica, pues Beth Gibbons no está ofreciendo entrevistas, que este disco se ha ido realizando a lo largo de 10 años. A la vez, es imposible que sea la misma obra que la artista barajaba en principio, pues está marcada por el adiós a amigos y familiares, e incluso a su viejo yo. El paso del tiempo es el tema más importante del álbum, en el que aparece un tema dedicado a la menopausia, ‘Oceans’.
Antes de él, el disco se abre con una petición frente al espejo, ‘Tell Me Who You Are Today’. Sobre unos arreglos similares a los de Radiohead en su último disco ‘A Moon Shaped Pool‘ o a los de la última PJ Harvey, Gibbons quiere «conseguir curar su cuerpo», «liberarlo de todo lo que escucha dentro de él». El single ‘Floating in a Moment’ la encuentra «flotando en ese instante que nadie sabe cuánto va a durar, y en el que nadie se puede quedar». «No es que no quiera volver atrás», plantea tristemente.
La muy Leonard Cohen ‘Burden of Life’ habla de «todo el amor de las generaciones que se han marchado», reflexionando sobre la «carga de la vida» que «no nos deja en paz». Y la mencionada ‘Oceans’, que explícitamente hace referencia a una «ovulación engañada» y al «bebé que no está en mí», habla de un «corazón gastado y desgarrado» y de una «realidad que nos falla».
Por supuesto, la voz de Beth Gibbons es el vehículo perfecto para hablarnos sobre el sinsentido de la vida. Su tono felino lleva las composiciones hacia el lamento sin ningún esfuerzo. También la producción de James Ford y de la propia Gibbons, con la colaboración adicional de Lee Harris (Talk Talk), cuya presencia no es anecdótica porque otro miembro de la formación fue quien firmó con ella ‘Out of Season’ en 2002. En aquel caso Paul Webb, también conocido como Rustin Man.
Al margen de que haya que poner un monumento a Talk Talk, Beth Gibbons se defiende como nadie en los registros acústicos. El álbum se abre y se cierra con sus momentos más pastorales. De hecho, el sonido de unos animales, acaso unas gallinas, es lo último que escuchamos. La final ‘Whispering Love’ pone un punto final esperanzado («amor susurrante, ven a verme cuando puedas»), en un álbum cuyas letras también nos hablan mucho de amor, como el insistente desenlace de ‘Lost Changes’: «quiero que me quieras como antes».
Aunque seguro que ‘Lives Outgrown’ va a ser recordado por una serie de temas de cuerdas orientales, que van apuntando progresivamente hacia Europa del Este y Oriente Medio. Las ráfagas afrancesadas de ‘For Sale’ se desarrollan y dan paso a la marcha de ‘Beyond the Sun’, donde los arreglos son el verdadero estribillo del tema. Es lo más llamativo de esta obra.
A veces el camino de Beth Gibbons representa musicalmente un calvario similar al que define (la casi flamenca ‘Rewind’). La artista no ofrece respuestas a las preguntas que plantea («No hay respuestas, no hay respuestas de por qué», dice ‘Burden of Life’). Lo que sí nos da es otra producción exquisita con la garantía de calidad de la casa, en la que, además de su voz, brillan la docena de instrumentos que ha tocado James Ford (flauta, Farfisa, vibráfono, dulcémele, largo etc.) y las alocadas percusiones de Lee Harris. En su afán casi bailable, ‘Reaching Out‘ logra ser el nuevo ‘We Carry On‘.