En 2021 Arab Strap volvieron tras 16 años de hiato. ‘As Days Get Dark’ era más que un regreso, también era en muchos aspectos una reinvención. El dúo escocés presentaba un sonido renovado dentro de su muy identificable estilo, dando quizá más protagonismo a la electrónica, y con unas letras donde Aidan Moffat plasmaba las ansiedades sociales que la pandemia trajo consigo. Tras ella, el mundo no ha vuelto a ser el mismo exactamente, y Arab Strap tampoco.
En su segundo disco tras su vuelta y el octavo de su carrera, irónicamente titulado ‘I’m totally fine with it 👍don’t give a fuck anymore 👍’, la banda continúa reflexionando sobre el mundo moderno y el impacto de la tecnología en nuestra manera de relacionarnos. El pesimismo habitual y el sentimiento de derrota que Moffat y Malcolm Middleton han plasmado a lo largo de su carrera está inequívocamente presente, así como un halo nihilista que impregna las 12 pistas que lo componen.
La primera canción, ‘Allatonceness’ se encarga de asentar el tono hablando sobre la sobreestimulación a la que estamos sometidos con internet y las redes sociales, captando nuestra atención con cosas absurdas mientras nos perdemos el mundo real. El narrador es plenamente consciente de ello, pero la sensación de impotencia ante algo que no está bajo su control le devora: “¿Creías que me rebelaría? / ¿Creías que lloraría? / En vez de eso estoy aquí sentado sin poder sentir nada”.
Su oscura instrumentación post-punk es sustituida en la siguiente pista por los sintetizadores en la excelente ‘Bliss’, lo más cerca que Arab Strap ha estado del synthpop, pero aunque su beat pueda confundir, la cadencia vocal de Moffat hace que trasmita el mismo vacío existencialista: el mayor estado de felicidad viene de la máxima desconexión con el mundo, cuando no hay nadie por las calles y la música a todo volumen de los auriculares anula cualquier pensamiento.
‘I’m totally fine with it’ insiste constantemente en ese anhelo por un mundo más humano en el que conectar los unos con los otros y con el entorno que nos rodea, pero las letras de Moffat no tiran balones fuera: él también es parte del problema, y no tiene la energía para intentar cambiarlo. Sorprendentemente en ese agujero negro en el que Arab Strap nos mete, también hay espacio para melodías pegadizas e incluso casi bailables, como en el estribillo de ‘Hide Your Fires’ o, sobre todo, en la vivaz producción de ‘Strawberry Moon’.
Las composiciones son ricas -llenas de divertidos detalles como llamadas de teléfono, clics de ratón de ordenador, etc.- y atmosféricas. En sus mejores momentos logran ser realmente envolventes, aunque a medida que el proyecto avanza acusa inevitablemente cierto desgaste de ideas, una excesiva reiteración de la fórmula que ya plantearon en ‘As Days Get Dark’. No obstante, el cierre, ‘Turn Off The Lights’ no se parece a nada de lo anteriormente escuchado: una balada rock bastante clásica que va del minimalismo a la explosión instrumental en su clímax. De manera aislada no es lo más inspirado que escuchamos aquí, pero sí le sienta bien a la experiencia completa aportar texturas y colores diferentes.
A pesar de cierta irregularidad, ‘I’m totally fine with it 👍 don’t give a fuck anymore 👍’ es una experiencia sombría y generalmente satisfactoria que nos muestra a una banda que, tras tres décadas, aún sigue teniendo mucho que decir y ofrecer.