Aquel que se haya hartado de que la música pop no haga otra cosa que mirar el pasado puede empezar a asumir que la nostalgia no se va a ir a ninguna parte. La DJ y productora Peggy Gou es muy buena tirando de nostalgia. Lo era desde los tiempos de la glamurosa ‘Starry Night’, y lo ha sido últimamente fusilando el ‘Around the World’ de ATC en ‘(It Goes Like) Nanana’, una de las canciones más divertidas del pasado verano.
El secreto de “Nanana” se encontraba en su frescura y espontaneidad. Como ‘Padam Padam‘, su gracia estaba en ser bobalicona. Al público le entusiasmó llevándola al número 1 de 5 países y haciéndola sumar 500 millones de streams. Nada mal para una artista que hasta hace muy poco no había salido del underground.
Por eso es una pena que, en ‘I Hear You’, Peggy Gou no entregue ese disco fresco que “Nanana” prometía. En realidad parece haberse comido la cabeza tratando de construir un trabajo variado y ecléctico que, sobre todo, parece dispuesto a dar la razón a quienes están empezando a cansarse de tanta nostalgia.
El inicio de ‘I Hear You’ ex extraño. En ‘Your Art’, Peggy recita un texto vagamente político y ecologista -escrito por el artista Olafur Eliasson, la misma persona que ha diseñado esa horrorosa portada tripofóbica- que denuncia la “colonización” y la “modernización” y aboga por que volvamos a “respetarnos a nosotros mismos”. Después, ‘I Hear You’ devanea entre bailar y darse un respiro, sin volver a tocar el tema político en ningún momento.
Los mejores temas de ‘I Hear You’ son los que animan la pista de baile. ‘Back to One’ funciona como homenaje 90s a la escuela Dee-Lite y ‘Lobster Telephone’ es como “Nanana” pero sofisticada. Su título -inspirado en Dalí- encierra más surrealismo del que revela la producción, pero la canción cumple su cometido.
Aunque el arsenal de trucos 90s / 2000s a Peggy Gou se le acaba tornando en contra cuando las producciones acusan una evidente falta de imaginación. El chill-out de ‘Purple Horizon’ tiene especial delito. Y las dos colaboraciones del disco, con Lenny Kravitz y Villano Antillano, suenan casposas de entrada. ‘All That’ salva los muebles gracias a las barras de Villano, aunque a la canción le vendría bien algo de energía «potente y ultravenosa».
También es cierto que Peggy Gou tiene especial maña firmando bangers para la pista de baile. Y, aunque ‘I Go’ tiene ya dos años, su sonido eurodance añade un gustoso sabor al disco. ‘1+1=11’, el corte final, representa la faceta más ensoñadora de Peggy Gou: el dream trance de Robert Miles puede ser una influencia. Aunque, en ‘I Hear You’, y en esa portada, Peggy ya deja claro que ella de influencias va sobrada: ella lo está “escuchando” todo.