Clairo llegó en un momento en que eso de “bedroom pop” no estaba tan expandido, entrando en nuestras vidas antes que Girl in red, o antes que Beabadoobee, por ejemplo. Quizás por eso, en la memoria colectiva popera perdura ‘Immunity‘, su debut, como un disco tremendo, y ‘Sling‘ como un tremendo tropiezo, pero quizás la realidad es que ambos discos estaban ok: ‘Sling’ no era tal tropiezo, y diría que ‘Immunity’ ha perdido un poco con el tiempo. “Veo esos discos y veo a alguien intentando convertirse en adulta”, cuenta la propia Claire Cottrill sobre ellos. Desde luego, ‘Charm’ se puede considerar bastante más compacto y maduro que los dos primeros.
De nuevo, Clairo ha decidido trabajar junto a un solo productor: en ‘Immunity’ fue Rostam Batmanglij, en ‘Sling’ fue el amado y odiado Jack Antonoff, y ahora es el turno de Leon Michels, líder de El Michels Affair y también miembro de The Black Keys durante sus giras (de ahí que el señor tenga créditos en medio ‘Ultraviolence‘).
El poso soulero de Michels se nota a lo largo de todo ‘Charm’, que continúa el camino distinto respecto al debut tomado en ‘Sling’, pero con una querencia mucho más setentera y compañeros de viaje como el melotrón, el órgano, o el wurlitzer, coqueteos con el r&b e incluso con el funk, y un delicioso toque psicodélico. Donde hablábamos de que ‘Visions’ se anunciaba como “el disco psicodélico de Norah Jones” y se quedaba un poco a medias, casi que una combinación con este ‘Charm’ habría sido lo que le faltó.
En ‘Juna’, por ejemplo, recuerda a la manera de jugar con esto que tiene Kali Uchis (Michels ha trabajado tanto con ella como con Norah, por cierto). Aunque desde luego la joya en este sentido es ‘Echo’: está claro que Claire tiene sus referentes para la atmósfera psicodélica del tema en los 60-70, en unos Beatles o unos Doors, pero la manera en que la trae a la actualidad recuerda al excelente segundo álbum de MGMT. ‘Echo’ es una de las pistas que consiguen quitarle al disco la condición de monotonía que sí alcanzaba a veces ‘Sling’, como también ocurre con la más uptempo ‘Add Up My Love’, o el estupendo single ‘Sexy To Someone’.
También se observa una mejoría en la Clairo letrista, sin ser aún su gran fuerte. Es especialmente buena su habilidad para adentrarse en un terreno más sugerente con cierto humor, como en ‘Juna’: “come to me slowly / it’s when you talk close enough / that I feel it on my skin, breathe it in (…) you make me wanna try on feminine / you make me wanna go buy a new dress / you make me wanna slip off a new dress”.
O en ‘Add Up My Love’, que combina los “do you miss my hands hangin’ on the back on your neck? / it’s just somethin’ I’m into / do you miss my name? Said it between your breath / I remember when I see the moon (…) Do you miss all the ways I put you in your place? / You say you like all of my attitude” para hacer un crack final: “do you miss my laugh? hear it from the back of the room / It’s just something I miss too”. Aunque desde luego la frase del disco está nada más empezar, en ese “I’m touch-starved and shameless” de ‘Nomad’, canción en la que Clairo sueña con ser alguien independiente y segura de sí misma, alguien que no tiene un hogar y está conforme con ello… y alguien que se despierta del sueño hecha una mierda y pensando en una relación que acabó en la realidad, pero no en su cabeza.
En ese sentido, el disco está muy bien atado porque ‘Nomad’ y ‘Pier 4’ (recuerda a ‘The Man with the Axe’ de Lorde, y en general hay cierto regusto a ‘Solar Power’ en el disco, para desesperación/alegría del oyente según sea) son un poco dos caras de la misma moneda. Decía Claire que el título viene de ese estado de “encantamiento”/“estar pillado”, “una zona gris de emoción, donde sabes suficientes cosas de una persona como para que te guste, pero te falta aún información, así que puedes decidir en qué dirección quieres ir, basándote en este sentimiento tan misterioso”. No es tan cohesivo como promete esta descripción, pero, como decíamos al principio, quizás sí el que más de su discografía. Puede que Clairo aún no haya conseguido un disco redondo, pero sí que ha conseguido que cada disco tenga su personalidad propia, conservando todos una impronta particular. Para quien esto escribe, ‘Charm’ es el que más se acerca.