‘Calm Down’ ha sido uno de los mayores hits de los últimos años en todo el mundo. Lo era antes de que se subiera Selena Gomez -en breve será la canción más popular de toda la historia de esta última- y lo fue más aún cuando se sumó. De este win-win, Rema no ha tomado demasiada nota y si algo caracteriza este segundo disco que acaba de publicar es la ausencia de artistas anglosajones o internacionales de cualquier tipo.
Lo que no significa que el éxito no le importe: las referencias al dinero y a la fama en este ‘HEIS’ son extenuantes. Las hay graciosas. Muy especialmente esa línea de ‘HEHEHE’ según la cual dice que ya no «hay big three, sino big four». Ya lo había puesto en el Twitter: Rema nos está diciendo que con él ya son cuatro y no tres las superestrellas del pop surgidas de Nigeria. Que tras haber llenado el O2 de Londres, se considera al nivel de Burna Boy, WizKid y Davido. Poco después terminas agradeciendo que el disco solo tenga 11 pistas y dure poco más de 27 minutos, pues a veces parece que no tuviera mucho más discurso que el de presumir de ser tan bueno como «Messi en Barcelona» (‘Now I Know’), permitirse Balenciagas (‘Villain’) y tener «tantas chicas que le adoran como Justin Bieber» (‘HEIS’).
Y sí lo tiene. Rema tuvo un pequeño backlash tras dicho concierto en la capital británica porque muchos interpretaron por sus máscaras y atrezzo que estaba utilizando imaginería satánica. En verdad estaba utilizando imaginería nigeriana, como la máscara de marfil de Benín de la Reina Madre Idia, así como otros símbolos del pueblo edo. El desconocimiento popular generalizado le ha influido para no colaborar esta vez con estrellas internacionales que le lleven a playlists, sino con gente local de Lagos, como Shallipopi y ODUMODUBLVCK, pionero del drill nigeriano.
Un título como ‘BENIN BOYS’ lo dice todo ya, y está siendo uno de los temas mejor acogidos, sin ser realmente el más interesante. Domina el disco una mezcla de afrobeat en los ritmos, hip hop americano en los grandes arreglos de cuerda que deslumbran en pistas como ‘MARCH AM’, y también los trucos de la escena club británica. La locura de sintetizadores al final de ‘AZAMAN’ recuerda al UK Garage casi tanto como el «vibe» de ‘OZEBA’.
«Another banger» es el lema de Rema, y lo cierto es que cumple expectativas en producciones tan aceleradas como esta última o que, sin subir los bpm’s, cuentan con ritmazo, producción envolvente y/o preciosas cuerdas. Todo ello a la vez se encuentra en la despreocupada ‘YAYO’, con ese irresistible «Yippy yayo, yippy yaya, yippy yayayo» que debería viralizarse este verano. Que se aparten las potras salvajes, porque esta producción sí que hila fino.
El uso de inglés nigeriano aporta mucho encanto, aunque es suajili lo que suena en el estribillo de la oriental ‘HEIS’. Un puñado de voces femeninas nos recuerdan quién es el más malote y el más hot, sin que Rema renuncie del todo a mostrar su sensibilidad. Si en la penúltima canción del álbum, ‘VILLAIN’, ha decidido samplear a Lana del Rey porque es una de sus obsesiones, en la final ‘NOW I KNOW’ no puede evitar mostrar un lado más vulnerable. Ahí nos está hablando, y sobre una melodía preciosa, de una infancia difícil, de trauma y de tener que alimentar a su familia. Tremendo discazo sería ‘HEIS’ si se hubiera empezado a abrir así, 20 minutos antes.