En 2013 se publicaron dos discos llamados ‘AM‘: uno incluía ‘I Wanna Be Yours‘ y el otro, ‘Señorita’. Pero, al contrario de lo que se piensa, ‘AM’ no fue el primer disco de Abraham Mateo, que, en 2009, con solo diez años, lanzó su debut homónimo tras su paso por ‘Menuda Noche’ (es impagable este vídeo con las versiones mini de dos estrellas pop de nuestro país).
Los programas de televisión de niños, ya sean de música, cocina o registradores de la propiedad, suelen ser una fábrica de juguetes rotos, y ése podría haber sido el caso de Abraham Mateo. De hecho, si los últimos diez años has vivido en España (y especialmente en Andalucía), es imposible que no hayas escuchado/hecho coñas con ‘Señorita’ y su “waticonteia”, por no hablar de otras gracietas-sin-gracia que mejor ignoraremos. Pero él no ha cejado en su empeño y ha seguido sacando temas y discos, entre ellos, alguna producción bastante interesante como la de ‘All the Girls (La La La)’, previa a ‘Loco enamorado’ y a su paso al reggaeton durante los últimos tres elepés. ‘Insomnio’ es su ¡séptimo! trabajo y, sin ser redondo, es quizás el disco en el que más control ha tenido. Es una buena noticia.
‘Insomnio’ confirma que Abraham Mateo tiene mucho talento. ¿Quizás, de no habernos dejado llevar por los prejuicios, habríamos ido viendo pequeños destellos de esto en sus anteriores trabajos? Puede ser. También es cierto que ‘Insomnio’ es un claro salto de calidad, y el cañaílla es consciente de ello: “Era importante hacer entender a la gente que esto es una nueva era, un renacer de algo que ha fluido solo. En este disco me he dejado ver más en la faceta de productor (…) es el disco más personal que he sacado hasta la fecha”, ha declarado hace poco.
La publicación reciente de ‘Tienes que saber‘, el adictivo tema con Naiara (sé que estoy un poco solo en esto, pero me parece la versión mejorada de ‘Quiero decirte’) donde la producción es 100% suya, nos ha hecho profundizar en este ‘Insomnio’ que de hecho incluye otra de sus producciones, la exitosa ‘Clavaíto‘ de Chanel (‘Tienes que saber’ podría perfectamente incluirse en un deluxe, incluso se hace referencia en la letra a un “insomnio crónico”).
Así, aunque en ‘Insomnio’ Abraham se acompaña en la producción de nombres del urban y el pop como Garabatto (Lola Índigo, Quevedo, Luna Ki), Came Beats (Saiko), KICKBOMBO (Belén Aguilera, Vicco), Tunvao (Rels B, Luna Ki), Max Borghetti (Anuel AA, Mora), Rebbel (Pole) o Sherman Music (Maluma), además del cantante David Cuello (en cuyos créditos como productor encontramos una dupla curiosa: Danny Romero y Thalía Garrido); el mejor tema es otra de sus producciones firmadas a solas (repite tras hacerlo en su anterior trabajo con ‘Esta cuarentena’). Se llama ‘El amanecer’ y tiene sentido que cierre el disco, porque se distancia de lo escuchado en él y parece más el típico teaser de lo que escucharemos en el siguiente… y ojalá, porque el acercamiento al techno y una letra más centrada en lo hedonista le sienta como un guante. Por un momento, incluso, parece que Abraham va a decir “essspiraaal”, como en el mítico tema de Germán Bou.
También funcionan muy bien la inicial ‘Me acuerdo de ti’, ‘Bailarina’, ‘Riendo y llorando’ o el medio tiempo ‘Me quedaré’, donde Abraham entrega algún que otro verso tierno como “allí estabas tú cuando no estaba ni yo” o “me quedaré / hasta que sea viejito / ya ni pueda ver”. Además, ‘El emanecer’ viene precedida de la estupenda ‘Desgraciaíta’, una colaboración con Rorro (no, no es la tiktoker que tiene a medio país hablando de trad wife, fundy voice y demás conceptos importados de Estados Unidos, sino la interesante artista de la que os hemos hablado en otras ocasiones). Incluso, superado el shock inicial por atreverse a tocar ‘Maniac’, la verdad es que ‘Maníaca’ tiene su gracia. Sobre todo cuando te la defiende así de bien.
Que Mateo sea buen performer ayuda bastante. Porque, aunque hay unas cuantas canciones en ‘Insomnio’ que bajan el nivel del disco (‘Supermal’, ‘Me di cuenta’, ‘Incomplete’, ‘Falsos recuerdos’, ‘Billete de vuelta’ o incluso el pop-rock con Yatra ‘XQ sigues pasando’), y otras que, como ‘La Idea’, se quedan a la mitad por beber demasiado de su referente, los aciertos prometen. Y, como decimos, es de agradecer que, dentro de los artistas del mainstream en España, Abraham sea de los pocos que se propone servir coño cuando se sube a un escenario. Como pasa con Belén Aguilera (o con Paul Thin, quizás más similar en estilo), se nota que Abraham es un artista pop al que le encanta el pop. Y es un gustazo cuando eso ocurre.
Mucha gente sigue cuestionando su talento en base a las cosas que hacía/decía cuando era un crío. Ese motivo es un poco ridículo, pero, si Abraham sigue avanzando (por ejemplo, cultivando la faceta presente en los temas que cierran este ‘Insomnio’), su siguiente disco puede callar la boca definitivamente a cualquiera que se atreva a cuestionarle agarrándose a eso… lo cual sería aún más ridículo.