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Jack White / No Name

Desde el 19 de julio ya se barruntaba la sorpresa. El sello de Jack White, Third Man Records, envió a varios fans un disco azul sin más señales. Este mismo disco también se pudo encontrar en la mesa de merch del concierto que White ofreció en Nashville el 27 de julio. Finalmente, el viernes 2 de agosto se publicó en plataformas ‘No Name’, el nuevo álbum de White.

Jack White no se ha roto mucho la cabeza con el título (“Sin nombre”) ni con la portada (azul, una vez más). Y podría hacer el chiste malo que tampoco con la música, pero eso sería falso. Porque ‘No Name’ no es el colmo de la originalidad, pero sí es un disco estupendo. Mucho más fácil que las últimas entregas de White y también mucho mejor. Lejos de artificios y pirotecnia, de la experimentación un tanto vacua que ha caracterizado parte de su última obra, en ‘No Name’ White apuesta sobre seguro: aquí brilla el rock-blues algo bruto pero muy infeccioso que le encumbró con los White Stripes. Es compacto, cohesivo, y está lleno de riffs molones y canciones pegadizas.

Ya la primera línea de guitarra de ‘Old Scratch Blues’, la canción inicial, se pega cosa mala en la cabeza. Los recovecos de la canción la hacen más atractiva en vez de más farragosa. Las buenas sensaciones se mantienen en la gritada ‘Bless Yourself’ y suben en ‘That’s How I Feeling’, un torpedo directo, todo un hit a la White, como hit es ‘It’s Rough on Rats (If You’re Asking)’. Las ratas siempre le han dado buenas canciones a Jack White.

‘Archbishop Harold Holmes’ suena a mil cosas que hayas escuchado y, a la vez, es genial ver a White tan zumbón, tan histriónico para bien. O ‘Bombing Out,’ una rodaja de punk garajero con desvíos piscodélicos. En ‘What’s the Rumpus’ White recupera el disfraz de McCartney que se puso en ‘Entering Heaven Alive’ y lo adorna con riffs pesados y cierta cadencia hip-hopera, para ofrecer uno de sus estribillos más pegadizos.

‘Number One With a Bullet’ se aparta un poco de todo el blues que caracteriza ‘No Name’ para convertirse un pedazo de hit noventero de rock alternativo. ¿Alguien dijo Pixies? Las buenas sensaciones se suceden hasta el cierre con ‘Terminal Archenemy Endling’, otro recuerdo a los Beatles… Y unos perretes ladrando al final, ¿un velado homenaje al ‘Pet Sounds’? A saber.

En ‘No Name’ las guitarras y el histrionismo de White están al servicio de las canciones y no al revés. Entra como un tiro. Y se agradece un disco tan sumamente refrescante, pegadizo en esta época del año. ‘No Name’ es un disco ideal para las vacaciones, para quemar en el coche, para bailar… y para recordar lo grande que es Jack White.

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Publicado por
Mireia Pería
Tags: jack white