Hay muchos factores que pueden echarte para atrás a la hora de ir a un festival. No ya el cartel, sino factores extramusicales: bien los precios infladísimos de comida y bebida, bien no tener con quien ir y sentirte solo, bien ansiedad por las multitudes que se agolpan, o por el comportamiento de éstas (muchas veces debido a la locura fan, a tomar cositas o a ambas). Hay también muchos factores que pueden echarte para atrás cuando se menciona la palabra “pogo”.
La cosa es que, aunque no sean del gusto de todos, los pogos pueden ser un espacio de diversión, comunidad y libertad. Pueden eliminar por un rato las preocupaciones de tu cabeza, ayudado por la música de un grupo que amas (o incluso de uno que acabas de conocer, algo común en los festivales). Un buen pogo puede incluso eliminar esos “factores” de los que hablamos, ese miedo a sentirte solo en el festi, o esa ansiedad con las multitudes, esa visión de la muchedumbre como algo amenazante. De repente, los desconocidos que tienen una antorcha en la mano son desconocidos que te la tienden si te caes. No siempre es tan guay, claro, pero comento todo esto porque el Canela Party es un ejemplo de cuando sí puede ocurrir.
Canela Party lleva celebrándose varios años y vendiéndose con la etiqueta de ser un festival diferente (y a la vez con grandes nombres), un festival con mejor ambiente en el que los factores extramusicales mencionados no afectan tanto. Y, aunque los precios siguen siendo tan prohibitivos como en casi cualquier festival (permiten entrar con bocadillos, eso sí), en lo demás hay una diferencia. Esa camaradería la pudimos comprobar en primera persona en pogos como los de Triángulo de Amor Bizarro, Model/Actriz o Show Me The Body, a su vez los mejores conciertos de las cuatro jornadas del festival que pasamos a resumir, entremezcladas como el (buen) caos del Canela.
Uno de esos pogos de los que sales como si te hubiese atropellado un tren pero, a la vez, con una sonrisa de oreja a oreja fue el de Show Me The Body. La banda de sludge metal formada por Julian Cashwan, Harlan Steed y Jack McDermott sacó hace poco la primera parte de su nuevo trabajo, ‘Corpus II’, aunque tocó con la portada del anterior ‘Trouble The Water’ como fondo. La comunión entre banda y público fue brutal, y Cashwan (con una Estrella de David tatuada) despertó aún más vítores cuando mencionó al final que “somos tres judíos en este escenario, tres judíos que le hacen un corte de mangas a Israel, ¡libertad para Palestina!”.
Un par de días antes, también los estadounidenses Wednesday se habían acordado del genocidio del gobierno israelí en Palestina. Declararon en español sentir vergüenza de su país por recibir en el Congreso al “pinche criminal de guerra” Netanyahu, y elogiaron la posición de nuestro gobierno (quizá desconocen los grises al respecto). El grupo liderado por Karly Hartzman estuvo presentando el reciente ‘Rat Saw God’, y funcionaban bastante bien en los temas más enérgicos, flojeando cuando bajaban el ritmo.
Del primer día destacamos tres bandas españolas. Por un lado, Los Punsetes, que volvieron a dar cuenta de su buen hacer repasando su discografía desde el primer disco (‘Maricas’) al último (‘ESPAÑA CORAZONES’) y confirmando ‘Una persona sospechosa’ y ‘Tus Amigos’ como clásicos infalibles para cerrar. Por otro, el bolo final de Monteperdido tras anunciar su separación, una pena cuando acaban de sacar el estupendo ‘Daño Físico’, pero sobre todo tras ver la presencia de Bego y lo bien que funciona el grupo sobre el escenario. Y por último, el cierre con La Plata. La banda valenciana, que el año pasado nos dio alegrías publicando el EP ‘Sueños’ y encargándose de la BSO de la excelente ‘La Ruta’, nuevamente demostró ser una apuesta segura. Bastante guay además el detalle de mencionar a Marco, el técnico de sonido que también se había encargado de Los Punsetes poco antes. Vibes parecidas a La Plata veríamos unos días después con el bolo de VVV [trippin’you], encargados de cerrar el festival, aunque se notó algo más desganado.
Uno de los conciertos más distintos del festival tuvo lugar el jueves. Se trataba del proyecto que une a Israel Fernández y Lela Soto con el colectivo Frente Abierto, donde encontramos a Marco Serrato, Raúl Cantizano, Carlos Pérez, David Cordero y Borja Díaz. Aunque ya se habían presentado en el ciclo Antioxidante de Bullas, el concierto en el Canela Party era su estreno oficial, y fue todo un espectáculo que, por otro lado, nos hizo echar de menos más presencia de propuestas así (y, en general, de flamenco) en este festival, ¡más aún teniendo en cuenta su ubicación andaluza! Antes, Viva Belgrado
presentaban ‘Cancionero de los cielos’, su cuarto largo y el primero autoeditado dentro de su propio sello (con el maravilloso nombre Fueled by Salmorejo). Con el texto “poético, político, un poco espiritual” de fondo, el grupo cordobés liderado por Cándido Gálvez repasó temas en los que caben referencias a Miguel Hernández, Bon Iver o Kubrick.Una muestra de la variedad del Canela pese a centrarse en el hardcore punk es que el mismo día coinciden el flamenco, el screamo… y el folk de Big Thief. Llevamos unos años sin material nuevo de la banda, al margen de las canciones de Adrienne Lenker en solitario, pero sí que les tenemos girando, y, de hecho, terminaron el tour en Torremolinos. Con algún problema para oír bien a Lenker, sí que destacaron los momentos de instrumentales por la compenetración entre ellos. También fue el último show de la gira para Protomartyr, la banda de Michigan autora de ‘Formal Growth in The Desert’. Joe Casey y sus compañeros actuaron el viernes, y el rollo vieja escuela de Casey (trajeado, mínimo movimiento y lata de cerveza en mano) encajaba 100% con una propuesta que era clásica y muy eficaz.
Aunque, para eficaz, el conciertazo de Model/Actriz que mencionamos al principio del artículo. Para quienes no les conozcáis, imaginaos una mezcla entre Nine Inch Nails y LCD Soundsystem de la que Miley Cyrus es fan (sí, esto es real). Aunque, más que imaginar nada, lo mejor que podéis hacer es verles en concierto si tenéis la oportunidad, y convertiros en fans vosotros también. Es lo que me ha pasado a mí, que (confieso) no les conocía de nada. Pero es imposible no caer rendido ante el talento de la banda y, sobre todo, el irresistible carisma de su frontman (y showman) Cole Haden. No es que bajara a cantar algo a la primera fila, es que directamente se metió entre el público él solo, caminando por las distintas filas y cantando varias canciones entre nosotros. En alguna, por cierto, se marcó movimientos de vogue.
Finalmente, el sábado es el día de los disfraces en el Canela Party, con muchos verdaderamente imperdibles. Muchos de los artistas se unieron a esto de los disfraces, como fue el caso de Yawners, que repasaban sus discos enfundados en disfraces de Spiderman… y sobreviviendo. Porque el sol no mostró clemencia las primeras horas, ni durante su bolo (“cuando tocamos a 40 grados se desafinan los instrumentos”, llegó a comentar Elena) ni durante el de Prison Affair, a quienes les ayudó el ser un concierto más corto de lo habitual. El egg punk de los barceloneses se acompañó de animaciones que resultaban tan provocativas como monas. También tuvimos a los estadounidenses Snõõper, que sortearon varios problemas técnicos entregando un concierto bastante divertido, con sus miembros disfrazados de Los Cazafantasmas.
Más sosito estuvo el de The Lemon Twigs, aunque resultaba curioso ver cómo se iban cambiando los roles mientras presentaban el estupendo ‘A Dream Is All We Know’, publicado hace unos meses. Cala Vento tuvieron bastante más conexión con el público, y unieron su disfraz con una de las canciones de su último disco, ‘Ferrari’, ya que la temática fue la Fórmula 1. Los catalanes hicieron gala de su directazo mientras presentaban ‘Casa Linda’… aunque luego llegarían palabras mayores, concretamente cuatro palabras. Triángulo de Amor Bizarro.
Los gallegos se marcaron un “muy buen trabajo chavales, pero ahora dejad paso” con prácticamente cualquier grupo del cartel. Pese a tener reciente ‘SED’, hicieron repaso de sus (muchos) temazos, y, a punto de cumplir 20 años, dejaron claro por qué son una de las mejores bandas que ha dado el panorama nacional. ¿Lo mejor de entre lo mejor? Quizás la preciosa interpretación de ‘ASMR para ti’ o la traca final, esa que llevó a las primeras filas a uno de esos pogos bigger than life que mencionábamos al principio.
También hubo pogo en el bolo de Finale, aunque resultó un tanto extraña la decisión de programarles en las primeras horas de su jornada. Eso sí, que tuvieran ese slot nos dio el momentazo de ver tanto al frontman Oliver como a las primeras filas diciéndose mutuamente “riégueme, no se corte” con las botellas de agua. Pese al calor, la gente estaba entregadísima con los valencianos, y, quizás por eso, tanto él como Javato, Nick y Pepet pensaron que ellos no podían ser menos. Como comentó al final: “no somos cuatro, somos todos los que estáis aquí; no somos una banda de música, somos una banda de colegas”. Es un poco lo que le pasa al Canela.