Érase una vez un dúo compuesto por dos amigas que cantaban al desamor, la vida y los recuerdos, usando nada más que sus propias voces, armonías y guitarras. Con este enfoque minimalista, The Softies grabaron tres álbumes entre mediados de los 90 y principios de los 2000, creando el sonido más puro de aquello que se llamó twee pop (o “cuddlecore” dependiendo de la banda). Canciones como ‘Sleep Away Your Troubles’ o ‘Hello Rain’ se quedarían clavadas para siempre en los corazones de todos aquellos que las escucharon.
Muy pocos habrían apostado por un regreso de The Softies en 2024, exactamente 24 años después de su último disco y de su último concierto. Pero así es, el dúo formado por Rose Melberg y Jen Sbraglia publica disco, ‘The Bed I Made’, a tiempo para el inicio del otoño y del -voy a decir la palabra- recogimiento al que invitan sus canciones.
Las nuevas canciones de The Softies siguen hablando de su tema favorito, “los crushes que van mal”, en sus propias palabras, pero lo hacen desde la tranquilidad y la sabiduría ganada con los años. Las guitarras puntean con un brillo tenue y sus armonías suenan más cálidas que nunca. 24 años después, The Softies publican el disco con el que iniciarse en su discografía.
A esta observación lleva ‘I Said What I Said’, ya un clásico de The Softies. Sobre un río de guitarras sereno y luminoso, Melberg canta sobre el arte de retirarse a tiempo de una relación que no funciona: “Tiene que haber más en el amor que el descontento”. En la canción de hoguera ‘Tiny Flame’ suenan contentas y satisfechas: “Empezó con una pequeña llama, terminó bien, sabes que, de alguna manera, siempre te querré”. Y en la delicada ‘Go Back in Time’ el recuerdo de un amor pasado les reconforta como un abrazo.
Atraviesa las canciones de The Softies una sensación constante de melancolía, pero a ellas nunca les puede la ira o la frustración: sus composiciones siempre suenan cálidas y reconfortantes. En ‘California Highway 99’ la ruptura es amistosa: “Has sido amable y justo, no puedes fingir sentimientos que no están ahí”. Y en ‘The Bed I Made’ se refugian en casa y en la amistad: “Aquí he llorado, pero todo lo que necesito está aquí, cuando estás cerca”. ‘When I Started Loving You’, de aires bossa, alude a la ansiedad, pero solo porque esta forma parte del pasado: “Mi mente solía ser un nido de abejas, pero ya estoy bien”.
La filosofía de The Softies es “twee pop” en su apuesta por la sencillez absoluta; sus letras y melodías son preciosas y claras a partes iguales. Los textos proyectan una inocencia inmensa, pero no son ingenuos. Y, a veces, ellas recurren a la metatextualidad, por ejemplo, cuando escriben canciones que hablan de canciones, como ‘California Highway 99’, donde escuchan la radio country; o cuando utilizan ciertas alegorías. En ‘Don’t Fall Apart’ representan una “casa” que ningún obstáculo -amoroso, se entiende- ha podido derrumbar. En ‘The Bed I Made’, The Softies demuestran que, el que es más vulnerable, también es más fuerte.