Han pasado 5 años desde ‘Porvenir’ y han cambiado muchas cosas, como explica Sole Parody en esta entrevista a Mondosonoro: una pandemia, su maternidad… Han cambiado muchas cosas, sí. Incluso, por primera vez, Le Parody ha contado con un co-productor, Kiko Dinucci. Lo que no ha cambiado es el espíritu de su música. Sole sigue fusionando folklore hispano-andaluz con electrónica. Y los sigue fusionando con pasión telúrica.
Remedio, según definición de la RAE, es el “medio que se toma para reparar un daño o inconveniente”. El daño es algo que la humanidad nos hacemos a nosotros mismos. El remedio es el que también nos podemos dar nosotres mismes: la sanación a través de la rabia y el baile. De la alegría. En su bandcamp Le Parody resume que ‘Remedios’ es ideación de la fiesta popular postapocalíptica, y a fe que lo logra.
Aunque no abre con aparente alegría, no: ‘Paisaje’ es solemne con su repique de campanas. La imponente voz de Sole irrumpe, como si estuviera cantando un romance popular que deviene pequeña pesadilla sónica sintetizada. El jolgorio apocalíptico se hace notar en la ¿jota? industrial de ‘Por saber de dónde vengo’, con la colaboración de Puttaneska (De Momento). El ritmo machacón de ‘Se clavan’, la estructura, la voz, las letras están enraizados en lo popular, enredadas en trompetas y tambores de Semana Santa. Pero ¡ah, las bases! No pueden ser más makinorras. Y tremendamente pegadizas. Ya dice Sole que “quería que hubiera dos frentes, uno muy humano y otro muy máquina. (…) Quería unas bases muy sampleadas, muy claramente maquínicas, y sobre eso la voz y las trompetas”.
La celebración se prolonga en la zumbona ‘Un remedio’. La voz jonda de Miguelito García parece que se vaya a poner a cantar el ‘Banana Boat’ de Harry Belafonte, pero no. Los tambores asemejan metralletas, mientras Sole canta con sorna: “Dame una pa divertirme / media más para aguantar / otra más para dormirme / y otra para despertar”. ‘Virtudes’ es lo más cerca del pop y el R’n’B que está el disco. Es sintética, bailable y sincopada, hasta que se convierte en una canción de patio de colegio, entra en digresiones y sale por donde quiere.
Quizás porque el embate de las cinco canciones primeras seguidas es tan potente, tan jubiloso, en la segunda mitad baja ligeramente el pistón. Hay más oscuridad que baile, aunque en ‘Nanas de Mayrit’ la fusión árabe-zapatilla es notable. El espíritu se recupera en ‘Cántese por cantar’, que parece que hasta se vaya a arrancar por Nino Rota interpretado por una banda valenciana. O el alborozo que despierta ‘Blacaut’.
‘Remedios’ es de esos discos que te pinzan algún nervio y te obligan a mover el culo y estar alerta. Es como participar en una procesión herética mientras el mundo se acaba, pero en que les cofrades desfilan orgulloses, alegres y bravíes. Porque, a pesar de la que está cayendo, seguiremos bailando y celebrando la vida.
Le Parody actúa hoy 23 de octubre en la Sala Clamores de Madrid.