Música

Vega / IGNIS

Vega dice que ‘IGNIS’ es su 11º disco, aunque en esa suma incluye sus lanzamientos especiales, como el disco de versiones italianas que lanzó en 2015, o el disco en directo que sacó en 2020. Es la manera de Mercedes Mígel Carpio de redondear el concepto de un álbum que se compone de 11 cortes y que es el más inusual de su carrera, pues se ha lanzado al mercado sin sencillos de presentación y con una edición física diseñada para prenderle fuego, literalmente.

El fuego tiene un significado personal para Vega, una artista que dice haber sobrevivido a incendios (metafóricos), resurgido de sus cenizas, varias veces a lo largo de su vida y carrera. Por tanto, en ‘IGNIS’, Vega reivindica que el fuego “no solo destruye, sino que también purifica”. Apuesta por un nuevo “principio”.

Curiosamente, Vega dice también que no planeó escribir ‘IGNIS’, pero que este llegó sin avisar. Sus nuevas canciones siguen apegadas a lo que mejor se le da, el pop-rock, pero ahora desprenden un decidido aroma fronterizo. Mercedes, junto al productor Ricky Falkner y sus músicos, se arman de pianos, guitarras eléctricas, pedal steels, teclados Hammond y Rhodes y tubas, o hacen uso de efectos “twang” en las guitarras y “slapback” en las voces, para crear una atmósfera de directo íntima y clásica, de rock añejo.

A esta observación contribuye Vega escribiendo imágenes como la de ‘Dispárame una canción’, la pista final, en la que se retrata a sí misma bebiendo whisky mientras sujeta “un pitillo entre los dedos” y escucha las canciones de un “disco descatalogado” de título desconocido. La influencia norteamericana, del blues, el folk-rock, la Americana y el rock de carretera, se palpa desde el primer segundo al último, y no solo porque una de las pistas se titule ‘Boston’. Por cierto, otra canción 100% marca Vega en la que la cordobesa pide “al cielo” que le dé “una tregua al corazón”.

Del diálogo de Vega -cuya voz sigue siendo una de las mejores del pop actual- con el sonido americano nacen canciones que -para sorpresa de nadie- vuelven a ser emocionantes. La balada ‘Si los árboles bailan’ se atreve a abrir el álbum narrando una ruptura inevitable. ‘Incondicional’, la mejor canción del largo, supera el horizonte -ya que hablamos de fronteras- de los cinco minutos sonando épica como el heartland rock de los War on Drugs. Y ‘De otro planeta’ tira de indie-rock guitarrero y distorsionado para combatir las “hecatombes” que se avecinan en un “planeta en declive”.

Aunque la nota de prensa de ‘IGNIS’ habla de “melodías que no dejan indiferente”, mientras Vega afirma que el “pedal steel” en el álbum crea texturas “únicas”, el sentimiento de familiaridad impera en el nuevo álbum de Vega. En ‘IGNIS’ lo importante no ha sido arriesgar o proponer un sonido diferente, sino ofrecer desarrollos tan bonitos y emocionantes como el ‘Cristal oscuro’, estribillos -otra vez- tan sumamente dignificados como el de ‘Leviatán’ o metáforas del infierno tan certeras como la de ‘Crisantemos’, que habla de avernos o de un “circo de necios” antes de declarar que la “batalla del amor solo ha empezado”.

En este nuevo trabajo lleno de dignidad e intensidad emocional de Vega, a la que se escucha describir “tormentos” o cantar que le “duele al respirar”, pero nunca abatida, sino siempre logrando levantarse de todo bache, la cordobesa obtiene un sonido muy homogéneo no solo comprometiéndose con una dirección específica, sino también evocando elementos de la naturaleza tanto en el concepto de ‘IGNIS’ como en las letras del disco. Si la influencia de la Americana de ‘IGNIS’ produce un sonido necesariamente “terrenal”, tiene sentido que las canciones evoquen el ‘Litio y alquitrán’ o que imaginen a una ‘Niña descalza’. La reina pez ahora camina por tierra, y el suelo quema.

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Publicado por
Jordi Bardají
Tags: vega