¿Ha sido buena idea que los Pixies publiquen disco por Halloween? Casi podríamos plantear: ¿les ha merecido la pena sacrificarlo a tal fecha? De un lado, tiene sentido. Las letras surrealistas de Frank Black siempre tuvieron un punto terrorífico. Tienen un tema llamado ‘Wave of Mutilation’ con referencias a Charles Manson y ‘Debaser’, a ‘Un perro andaluz’. De otro, está comprobado empíricamente que lo que escucha la gente en Halloween es ‘Thriller’, ‘Toxic’, ‘Zombie’, alguna banda sonora de John Carpenter… y no sé si hay mucho espacio para un disco nuevo de los Pixies en una jornada medio festiva.
La broma tiene gracia en parte. Hay varias referencias a «zombies» en estas letras, lo cual insisto en que encaja muy bien en su imaginario, y justo el tema que se llama ‘Jane (The Night that Zombies Came)’ es uno de los mejores en esta segunda etapa de los Pixies. Sobre todo porque, con su batería y musicalidad a lo Phil Spector, paradójicamente suena navideña. A medio camino entre Halloween y estas semanas venideras.
Otro gran hallazgo de este álbum no es un regreso a los temas más rugientes de sus obras maestras de finales de los 80 y principios de los 90. Es frustrante que los nuevos Pixies, ahora con nueva bajista, teclista y corista, Emma Richardson, no estén dando precisamente con un nuevo ‘Here Comes Your Man’. ‘You’re So Impatient’ es un single más efectivo que brillante, con su carraspeo, sus referencias rock, su estribillo facilón. Pero ‘Chicken‘ es una composición más notoria.
Se trata de una balada de estribillo intenso, sobre un pollo decapitado. Tal como lo estáis oyendo. «Simplemente estoy dando vueltas, y otras veces me siento como un actor de peli de zombies, buscándote de ciudad en ciudad / una amante que no me vaya a matar». Pixies en estado puro, en verdad.
El resto de las canciones de ‘The Night the Zombies Came’ pelea por defender una identidad a través de guitarras dream pop (‘Primrose’), más bien glam (‘Motoroller’), cambios de tempo (‘Hypnotised’), referencias etílicas (‘Johnny Good Man’), y finalmente a través de alternar una pista lenta (‘Mercy Me’) con una rockera (‘Oyester Beds’, ‘Ernest Evans’). Su único objeto es que estas últimas parezcan más bangers de lo que son.
Al final, los Pixies han cumplido su cometido de entretenernos durante un día, bien sea Halloween o aquel en el que tengamos tiempo de darle una oportunidad, para olvidarlo todo íntegramente, 24 horas después.