Con ‘Clouds In The Sky They Will Always Be There For Me’, Porridge Radio llegan a su cuarto álbum. La banda de Brighton que lograra una nominación al Mercury Prize por su disco de 2020 ‘Every Bad‘ lanza ahora un trabajo sobre desamor, marcado por las largas giras y sobre todo por una relación que se ha roto, la de la cantante Dana Margolin.
Los temas de «Clouds In The Sky» no se conforman con preguntas cliché como «¿por qué te has ido?» o «¿qué nos ha pasado?», sino que van más allá. Algunas de estas letras nacieron como poemas, por lo que muchas de las canciones rehuyen incluso del estribillo, recurriendo más bien a la repetición de una frase al final del texto, como es el caso de ‘Pieces of Heaven’, que termina con el mantra «estoy cansada de desearte». Antes, había «conducido a los suburbios donde terminan los cuentos de hadas» para hablar con frustración «de los sitios a los que nunca iré, de las cosas que nunca te diré». En la línea, ‘A Hole in the Ground’ lleva dicho título por esta preciosa metáfora: «me quito toda mi ropa y corro hacia tu casa, donde en lugar de una puerta hay un agujero en el suelo».
Para contribuir a la belleza de las imágenes sugeridas, se ha contado con la producción de Dom Monks, quien ha tratado antes con gente del perfil de Big Thief y Laura Marling. Dana Margolin tiene un timbre parecido a Courtney Love y muchas de sus composiciones rugen como el grunge. Es el caso, muy visiblemente, de la cruda ‘Anybody’. Sin embargo, si algo caracteriza el álbum es el uso sutil de los teclados, las trompetas y las cuerdas. Pequeños arreglos que pueden inclinar la balanza hacia los terrenos de Stereolab (‘A Hole In the Ground’) o The Vaselines (‘God of Everything Else’).
Es esta una composición poderosa, cargada de cierta sed de venganza («no necesito saber dónde estás / te arrastrará mi ola»), si bien en las canciones de ‘Clouds In The Sky They Will Always Be There For Me’ conviven indistintamente la sensación de fuerza y la de debilidad. Incluso dentro de la misma canción: ‘Sleeptalker’ comienza a piano, prácticamente a capella, y termina como una grabación de rock. La muy Beth Gibbons ‘In a Dream I’m a Painting’ asegura «nada me entristece ya, todo me hace feliz», mientras la melodía nos sugiere exactamente todo lo contrario.
Si como en otras ocasiones, Porridge Radio pueden resultar algo lánguidos en su sonido noventero en un mundo lleno de Phoebe Bridgers, hay que reconocer que el álbum sabe cerrar por todo lo alto, dotando esta obra de cierto hilo narrativo. ‘Sick of the Blues’ es la mejor canción de esta tanda al levantarse literalmente contra su propia autocompasión. Es una de las más repetitivas, una de las menos complejas y a la vez una de las que mejor funcionan. «Estoy cansada de la tristeza, me he enamorado de la vida de nuevo», grita Dana Margolin mientras nos la imaginamos pateando la silla en la que, llorosa, había empezado a componer este álbum.