Barry B titula su primer disco con el apodo que le puso su padre de pequeño. Por eso, él cuenta que en ‘CHATO’ ha plasmado toda su vida. Si tomamos esto al pie de la letra, la vida de Gabriel Barriuso ha sido toda una película: drama, romance, drogas, conversaciones con Dios… Y lo cierto es que esto no está tan lejos de la realidad.
El artista arandino tocó en la Plaza del Trigo en 2013, con 19 años, cuando formaba parte de la banda The Girondines. Es de esta época que viene su amor por las melodías del britpop. Desde luego, ‘CHATO’ tiene una cantidad inusual de canciones compuestas a guitarra para un artista normalmente asociado con la escena urbana.
‘El efímero arte de perdonar’, un chute de energía total, y ‘Yo pensaba que me había tocado Dios’, el indiscutible himno del disco, capturan este lado de Barry a la perfección. También dejan ver al gran letrista que tiene dentro, siempre equilibrando lo poético («Tus ojos no pierden brillo entre tanta oscuridad») con lo pícaro («Huyo más de mí que de las luces de la policía»). ‘Todo ese dolor’, con un toque country, también incluye una de las melodías más pegajosas.
Las inquietudes de Barriuso no terminan en el pop rock. Estuvo a punto de ser otro miembro de Rusia IDK, junto a Ralphie Choo, rusowsky, mori, TRISTÁN! y DRUMMIE, por lo que también muestra una inclinación por la experimentación. De hecho, la mitad más guitarrera de ‘CHATO’ está producida por él, pero el resto, con temas más difíciles de clasificar, llega de la mano de DRUMMIE, Mayo, Tuiste y Sam Gold. Hasta Ralphie tiene créditos de composición en ‘Se hizo complicado’. Por desgracia, es una de las más flojas.
Es precisamente esta mezcla de referencias la que hace tan interesante la propuesta de Barry B. ‘Joga Bonito’, entre la visceralidad del rock y la chulería del rap, es el tema que mejor funde las dos caras del artista, dejando una de sus mejores líneas: «Noto que estoy a caballo entre olvidarte y guardar cada momento antes de que sea tarde».
‘TUSSI’, por otro lado, se rinde al glitch y al drum & bass más punk gracias a la caótica producción de nusar3000 y Roy Borland, que sirve de banda sonora para un breve sueño febril sobre «percocet, diazepam, lorazepam y lean». Barry ha contado que, de no ser por sus padres, se habría convertido en un «yonqui macarra de Aranda», por lo que la película continúa.
En el tercer y último acto, Gara Durán exhibe su maravillosa voz en ‘El lago de la pena’. Lacrimógena, pero preciosa a la vez. Al ser la pareja de Barry, y al haberlas coescrito junto a él, tiene sentido que ‘Vis a Vis’ y ‘A tus pies’ estén dedicadas a la artista. Esta última es un tema de trap simple, de entrada, pero adictivo a más no poder. La ironía está en la primera línea: «Me quité de la adicción / Pa’ que pongas tu atención».
En ‘Corazón Vaquero’, Barriuso dice que lleva un «santo de copiloto» que «no se quiere bajar». Esta frase esconde más verdad de la que parece. El arandino tenía planeado irse a México tras terminar la carrera pero, a lo Kanye West, la noche previa tuvo un aparatoso accidente de coche que casi le cuesta la vida y que le obligó a seguir trabajando en el restaurante de su padre en Aranda de Duero. Seguramente, si eso no hubiese ocurrido, ni Barry B sería hoy Barry B, ni nosotros tendríamos tanta curiosidad por ver cómo se desarrolla su grandísimo potencial.