El título del nuevo disco de C Duncan, ‘It’s Only a Love Song’, se puede tararear sobre los primeros acordes de piano que escuchamos en el álbum, pertenecientes, claro, al tema titular. Scott Walker, The Carpenters, Serge Gainsbourg, Michel Legrand y películas como ‘Los paraguas de Cherburgo’ inspiran al músico desde que estudiara en el Real Conservatorio de Escocia.
De aquellas influencias y de su desarrollo como autor a lo largo de 4 álbumes previos llegamos a este quinto, en el que melodías atemporales se ornamentan con arreglos más sofisticados que nunca, sacados de otro tiempo. Definitivamente de otro siglo.
Los primeros compases de ‘Surface of a Fantasy’ te llevarán a ese mundo ilusorio, de película, lo mismo que sus coros y teclados. Su beat de batería es tan girl-group… como ‘Delirium‘ se aproxima a una idea de Harry Nilsson. Parece mentira que se publique música así en 2025. En este caso, es para bien.
‘It’s Only a Love Song’ es además una metacanción que habla sobre lo que significan las canciones de amor, del peso que tienen y de lo que proyectamos en ellas. Es un buen punto de arranque para un álbum en el que C Duncan celebra su relación de larga duración con su esposa (‘Lucky Today’, inspirada en ‘We Have All the Time in the World‘ de Louis Armstrong), y después trata de sacar luz de donde a veces no la hay.
‘Think About It’, otra de las canciones fundamentales de este álbum, con su arsenal de coros 60’s y su optimismo propio de un salón de baile, supone en verdad una receta para ese momento «en que no sabes por dónde soplará el viento». La francófila ‘Triste Clair de Lune’ tiene un carácter más atormentado, como ‘Worry’, que se pregunta por qué nos gusta tanto regocijarnos en el dolor. A veces hay razones para ello: ‘Sadness’, otra de las más Gainsbourg, relata la muerte de un amigo durante la pandemia.
No obstante, es cierto que las letras tienen un valor más anecdótico en este mar de melodías y arreglos. El álbum puede cerrarse con un cliché sobre el paso del tiempo (‘Time and Again’) porque lo importante es el silbido que ofrece contagiarse… y lo consigue. Justo antes un «reprise» de ‘It’s Only a Love Song’ se atreve a aparecer. No estamos en Navidad, aunque lo parezca. Chris Duncan sabe muy bien el momento en el que está: el de asentar su talento como creador de melodías ornamentadas, que sobreviven muy bien reducidas a su mínima expresión.