Desde la primera imagen, un travelling lateral que parece sacado de una película de Wes Anderson, el videoclip ‘M.A.P.S.’ (del álbum ‘Si abro los ojos no es real’, nuestro Disco de la Semana) deja claro cuál va a ser su eje temático: la dualidad entre opuestos. Esto es: una sala de espera de una clínica de psicoterapia adornada con una pintura que parece la expresión de la mente de un psicokiller.
Esta dialéctica articula todo el clip de la canción en que Amaia se dirige a su madre. Desde el punto de vista de la puesta en escena, se puede observar a través de recursos como la pantalla partida, la utilización de los espejos (todo un clásico en este tipo de alegorías), el contraste lumínico y de textura fotográfica entre la Amaia buena y la Amaia mala, el distinto dinamismo que se imprime a las escenas de una y otra por medio del montaje y el trabajo de cámara…
En cuanto al contenido, el vídeo recoge la tradicional iconografía, en su vertiente naif, de la doble maligna: vestimenta oscura, cejas y cuernos demoniacos y retórica antisocial un poco a lo “Ser malos! Buenas noches colegas”. Un diálogo visual entre el “bien” y el “mal”, entre la imagen exterior como construcción social y los demonios interiores como conflicto personal, que está en sintonía con el discurso de la canción y se puede trasladar a la propia música de Amaia: ráfagas de luz estroboscópica destellando en un dulce y apacible atardecer.