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Amaia / Si abro los ojos no es real

Lo mejor: 'Tengo un pensamiento', 'Visión', 'Fantasma', 'Ya está'
Te gustará si te gustan: Ralphie Choo, Mecano, Sufjan Stevens produciendo a LODVG
Escúchalo: Youtube

El tercer disco de Amaia comienza hablando de niñez y termina hablando de muerte, en ambos casos con algunas de las mejores grabaciones -las más bonitas- que ha realizado la artista a lo largo de su carrera. Si en su debut el tema más popular terminó siendo aquella apertura que duraba 1 minuto, ‘Visión’ debería correr la misma suerte, pues es mucho mejor. Romero se dispone a «cruzar un puente largo» sin saber si «alguien la esperará». En ese viaje que es la vida, se pregunta qué pensará la «niña al otro lado» si ella llega «llorando». Las bandas sonoras de Disney y de los años 60 han inspirado a Amaia en este tema cercano, en su atmósfera, al folk pastoral de un Nick Drake. Así de preciosistas son sus arreglos.

Mejor aún es el cierre del álbum, que no sería un cliché denominar «fantasmagórico», en tanto aparece un corte llamado ‘Fantasma’. En él Amaia se pone en la piel de una persona que ha fallecido, y la acompañan coros maravillosos, eso sí.

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La muerte de la abuela de Amaia ha marcado profundamente a la artista, llevándola a mencionar su propio «cuerpo en descomposición» en la final ‘Ya está’, y dedicándole un tema llamado ‘Despedida’. No obstante, no ha optado por la vía lacrimógena y es esta una canción festiva («Tú siempre tan contenta / Quererte fue una fiesta»), con sus percusiones tribales y un punto psicodélico 60’s que podemos asociar a bandas de otros tiempos, como United States of America. Por su parte, ‘Ya está’ es un tema acompañado de arpas, por tanto más Sufjan Stevens o Joanna Newsom, en el que llega a manifestar «Yo, la verdad, no creo en Dios» o «tal vez me pueda reencarnar», de nuevo, sobre un fondo bellísimo.

Estas cuatro canciones que no han sido single, fantásticas en todos los sentidos, son el pilar del que es el mejor disco de Amaia hasta la fecha. Lo elevan a otro nivel, cuando el álbum ya venía elevado por la histórica presentación de ‘Tengo un pensamiento’ en ‘La revuelta’, inspirada por aquella performance sobre el suicidio que Stromae realizó en un informativo. Es esta, en cambio, una simple canción de amor, construida con restos de una vieja sesión con La Bien Querida, si bien perfectamente integrada. Amaia fingió durante un buen rato que estaba siendo entrevistada por David Broncano, cuando lo que tramaba era convertir en clásico una canción sencilla, ultra minimalista, que nunca habrías imaginado en las listas de éxitos, y ya estará con nosotros para siempre.

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En la secuencia de ‘Si abro los ojos no es real’, ciertamente orquestada como un periplo de la niñez a la muerte, tras un nuevo recuerdo a Marisol en ‘Tocotó’ y ese ‘Nanai‘ que sobre todo ha servido para presentar una línea artística más moderna y conceptual que la propia Amaia atribuye a su pareja, Daniel 2000, el disco ofrece una variedad estilística, siempre cohesiva en la producción de Ralphie Choo y Drummie, con alguna colaboración extra de Alizzz (‘Magia en Benidorm’). No se puede pasar por alto el encanto de la cubierta, con varios objetos de una habitación formando el rostro de la propia Amaia.

La gran sorpresa es lo que se acercan al sonido del primer álbum de Mecano temas como ‘M.A.P.S.’ y ‘C’est la vie’. La irritación que generan al principio, convirtiéndose con el paso de los días en adicción, solo puede emparentarse con lo que ocurrió en su momento con temas como ‘Maquillaje’ y ‘Solo soy una persona’. Hay que detenerse especialmente en ‘M.A.P.S.’ porque en él Amaia se dirige a su madre («Ese porro no me lo fumé, créetelo / No me llames cuando me veas en fotos de fiesta»). Y justo después, en la pseudo-bachata de ‘Auxiliar’, Amaia se pone en el lugar de su madre, hablando a sus hijos del síndrome del nido vacío («Me he despertado triste, con ganas de llorar / El nido está vacío, los tres se fueron ya»).

La ya conocida empatía de Amaia le sirve ahora para crecer como autora, adoptando diferentes prismas y posiciones, como el ya comentado en ‘Fantasma’. No falta el romance, el sexo, las cosas que preocupan a cualquier veinteañero, pero el disco va definitivamente a otros lugares. Tiene mérito que haya habido otras Amaias tan populares en la historia del pop, y que además por cierto hayan influido tanto a Romero (Mocedades, La Oreja de Van Gogh), y en tan poco tiempo nos haya convencido de que Amaia, a secas, es ella.

<b>Lo mejor</b>: 'Tengo un pensamiento', 'Visión', 'Fantasma', 'Ya está'<br> <b>Te gustará si te gustan</b>: Ralphie Choo, Mecano, Sufjan Stevens produciendo a LODVG<br> <b>Escúchalo</b>: <a href="https://www.youtube.com/watch?v=GEaYoW8GZFM">Youtube</a><br>Amaia / Si abro los ojos no es real